Berlín, 14 de febrero. La cineasta catalana Isabel Coixet (Mi vida sin mi, de 2003) abrió junto con otros especialistas la edición número 8 del Talent Campus, en el contexto de la Berlinale, al que han acudido unos 350 jóvenes del mundo para escuchar las experiencias y consejos de expertos en los distintos aspectos de la producción cinematográfica. Entre los participantes se encuentran los cineastas mexicanos Andrés Montiel (El crimen del padre Amaro), Federico Cecceli (Los Trashumantes), Alfredo Loaeza Locaido (El héroe), Astrid Rondero (Abril y Mayo) y Enrique Vázquez Sánchez (Cerraduras).

En el contexto de su ponencia: El cine necesita talento: cómo conseguir la gente adecuada en una producción, la directora exhortó a los jóvenes cineastas a no dejarse influir por una tibia acogida inicial de una película y los exhortó a buscar una voz propia y honestidad con las imágenes. Si uno es honesto en lo que filma, si intenta buscar la verdad que se alberga en las imágenes, entonces las emociones, los sentimientos y el cuestionamiento social están ahí.

Bicho raro en España

En entrevista con La Jornada la directora ganadora de tres premios Goya y con dos postulaciones al Oso de Oro de la Berlinale, se dijo bicho raro en el contexto cinematográfico español, una outsider, porque ha tenido la inquietud de viajar y de producir en otros países.

Declarada admiradora de la cultura japonesa, Coixet rodó en 2009 Mapa de los sonidos de Tokio, y desde la producción de la cinta Cosas que nunca te dije (1996) viaja constantemente a Los Ángeles. Eso de hacer películas en otros países es visto con cierta desconfianza en España, y como algo rarísimo hacer películas en inglés.

La cineasta criticó a Hollywood, que está llevando al cine a la barraca, aludiendo a la cinta 3D Avatar, que aunque significa explorar otras posibilidades cinematográficas que están consiguiendo que la gente vaya a las salas, Hollywood continúa haciendo películas que no arriesgan nada y las seguirá haciendo mientras las logre vender. En México, en España e Italia se hacen cintas mucho más arriesgadas, afirmó.

La directora advirtió que se vive un momento en el que el cine es menos relevante, porque hay muchas más ofertas de diversión. Sin embargo, reconoció que así como el cine no mató al teatro ni la televisión, al cine, el séptimo arte continuará.

Apoyo como a cualquier otra industria

Coixet saluda que en España se haya entendido que el cine es una industria, y que se apoye como cualquier otra, pero además, es una industria que crea imagen. Una película de Woody Allen hecha en Barcelona, por el sólo el hecho de que haya aparecido Barcelona en el título y debido al eco que tuvo, ha traído muchísimo turismo, afirmó, aunque advirtió a las jóvenes que no esperen encontrar a Javier Bardem en cada esquina.

Coixet exhortó a no pensar en las subvenciones a la hora de forjar coproducciones entre España y América Latina. Hay que hacer coproducciones que respondan al interés de plantear una historia bien contada.

La cineasta recordó a dos directores mexicanos que la inspiran y que dijo admirar mucho: Alejandro González Iñárritu, a quien califica de uno de los grandes cineastas de nuestro tiempo, y Alfonso Cuarón, cuya cinta Y tu mamá también, le mostró un México que no conocía.