Los cambios que socialmente se han dado en la libertad de elegir pareja, así como en los roles masculino-femenino en el cuidado de los hijos, serán algunos de los argumentos que esgrimirá la Consejería Jurídica del Gobierno del Distrito Federal en defensa de la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, señaló la titular del área, Leticia Bonifaz.

La libertad de elegir pareja constituye una de los innovaciones más importantes a nivel cultural. Incluso en otro tiempo a la mujer se le obligaba a casarse con quien convenía a la familia; el cambio de decir: yo selecciono a mi pareja, ahora va a tener que ver también con aquellas personas que deseen un compañero del mismo sexo, con todas las consecuencias, afirmó en entrevista con este diario.

La funcionaria, junto con sus asesores, revisa todo el material que ha llegado a sus oficinas en torno a la citada legislación, principalmente el cambio que se ha dado en los roles masculino-femenino, los cuales han variado, por lo que ahora se habla de parentabilidad, agregó.

Otro aspecto que se analiza es cómo la preferencia sexual no tiene que ver en los apoyos básicos a los hijos, como darles alimentos, ayudarlos a hacer la tarea, la recreación, los roles de autoridad o la fijación de límites apuntó.

Si también los roles clásicos de la familia han cambiado, vamos a argumentar que no hay riesgos para los niños que sean formados por personas que tengan preferencias sexuales diferentes, afirmó.

Uno de los estudios en que basará su argumentación ante la Corte en el tema de libertad es el de Julieta Quilodrán Salgado y Viridiana Sosa Márquez, quienes realizaron una investigación publicada en 2004 como parte del volumen Imágenes de la familia en el cambio de siglo, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, y que intitulan El emparejamiento conyugal: una dimensión poco estudiada de la formación de las parejas, añadió la dependencia.

En su estudio, las investigadoras señalan que las parejas conyugales no se forman al azar; por el contrario, su conformación constituye uno de los aspectos más controlados en toda sociedad, agregó la consejera.

En la rigidez de los controles, lo socialmente aceptable fue durante mucho tiempo sólo la unión de hombre y mujer, al margen de las preferencias sexuales, lo que obligaba a seguir un papel social impuesto, pero en los hechos y en el nuevo contexto de libertades se han constituido también relaciones de hecho entre parejas del mismo sexo, que sólo podrán adquirir reconocimiento en el Distrito Federal a partir de la entrada en vigor de la norma referida, añadió la funcionaria.