Un músico no puede considerarse completo si no ha experimentado con varios géneros, considera el joven marimbista mexicano Saúl Medina, quien regresó temporalmente de Estados Unidos, donde radica, para hacer su debut en este país, a tres años de haber comenzado su carrera profesional.

Esta primera actuación en territorio nacional es parte de la primera temporada de 2010 de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes (OCBA), con la que interpretará como solista el Concierto para marimba y orquesta, de Eckhard Kopetsky, autor polaco-alemán.

El programa, segundo de esta naciente temporada para la agrupación, incluye también Sarabande para cuerdas (de La hija de Cólquide), de Carlos Chávez, y Metamorfósis, de Richard Strauss, y estará bajo la dirección de Enrique Arturo Diemecke, como batuta huésped.

El primero de los conciertos tuvo lugar el jueves, mientras el segundo se efectuará hoy a las 12 horas, en el Auditorio Silvestre Revueltas del Conservatorio Nacional de Música (CNM).

Nacido en la ciudad de México, de 25 años de edad, Saúl Medina está convencido de que la versatilidad y la experimentación son elementos esenciales para el desarrollo de todo creador e intérprete dentro del arte sonoro: No pienso que un músico pueda ser completo si no ha experimentado varios tipos de música.

Ello explica por qué actualmente realiza en Los Ángeles, California, una especialidad en otros estilos, como jazz, rock y funk, géneros en los que también se desarrolla de manera profesional y que asume como complemento ideal para su carrera en el terreno de la música de concierto.

Mis intereses dentro del mal llamado ambiente clásico están centrados en la música contemporánea, aunque también me llaman poderosamente la atención las músicas medieval, renacentista y barroca, con las cuales, de hecho, comencé mi carreta, comenta en entrevista.

“Me es esencial estar abierto a varias vertientes. Puedo, por ejemplo, un día tocar las seis Suites para cello de Bach y al día siguiente participar en un concierto de Big Band o uno de rock (en estos dos últimos interpreta la batería, dado que su formación en el CNM es de percusionista).

El interés del intérprete por la marimba responde a que éste, a su decir, es un instrumento de sonido sumamente profundo, unico: “no hay otro que se le asemeje en cuanto a la cantidad de colores que desprende (puede ser muy dulce o en extremo agresivo), sus rangos y la versatilidad que permite (al funcionar dentro de lo académico y el jazz, por ejemplo).

A su parecer, en México existe un interés creciente por ese instrumento, si bien no al ritmo que muestran otros países en los que comenzaron después a trabajar con él, como Brasil. Vamos un poco rezagados, pero vamos.

Acerca del concierto de Eckhard Kopetsky, resalta que es la primera ocasión que se toca en México a cargo de una orquesta profesional, pues hace un par de años él mismo la interpretó con la orquesta del CNM.

La describe como una obra de reciente factura, de no más de 10 años de antigüedad, difícil, de cuatro movimientos, en los cuales se pueden advertir influencias desde el jazz hasta de la música folclórica, así como cuestiones muy del periodo clásico, momentos muy clásicos.