De acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación (SE) local, en la ciudad de México hay de 100 mil a 120 mil jóvenes, de entre 12 y 19 años, que ni estudian ni trabajan, porque las condiciones de pobreza y marginación los han aislado de los sectores educativo y laboral, a quienes se les ha estigmatizado como la generación ni-ni.

En entrevista con La Jornada, Humberto Morgan Colón, coordinador del Programa de Atención a la Sociedad de la Esquina (PASE) de la SE, explicó que, en teoría, son jóvenes que viven con su familia, sin embargo, en los hechos sólo van a su casa a dormir y a comer una o dos veces.

Realmente son hogares expulsores de estos muchachos a la calle, por cuestiones económicas son presionados por sus padres para que salgan a buscar dinero y ayuden a la manutención, pero también es una cuestión de espacio, porque viven de siete a ocho personas en cuartos de no más de tres por tres metros o en departamentos de interés social, refirió.

Con base en el trabajo de campo que realizó la dependencia, el ex diputado local amplió que los varones son muy proclives a sumarse a la delincuencia común, los menos a la organizada, en secuestros, robo de vehículos, incluso narcomenudeo. Mientras que las mujeres asumen el papel de ama de casa sustituta, cuidando a sus hermanos o a los hijos de éstos, o comienzan a ejercer la prostitución de bajo impacto, la cual se da en paraderos de microbuses o sitios de taxis irregulares.

Fenómeno que se presenta en colonias muy marginadas del cerro de Santa Catarina, en Iztapalapa; en Lomas de Becerra, Jalalpa y La Mexicana, en Álvaro Obregón, y Gabriel Hernández, en la Gustavo A. Madero.

En opinión de Humberto Morgan esto rompe el mito de la madre protectora, porque las condiciones económicas nos han rebasado, los padres nos hemos hecho insensibles, traemos tantos problemas.

Para atender esta problemática la SE estableció el Programa de Atención a la Sociedad de la Esquina, a través del cual se busca acercar los servicios del gobierno capitalino a los jóvenes, arrancando en unidades habitacionales de las delegaciones Azcapotzalco, Álvaro Obregón, Tlalpan e Iztapalapa.

Se busca vincular a estos jóvenes que ahora no hacen nada, primero a terminar sus estudios por medio de sistemas abiertos, y canalizarlos a programas de capacitación y empleo emergente o temporal.

El promedio de estudios en zonas de alta y muy alta marginación de esta ciudad es de segundo año de secundaria.

Para analizar este fenómeno, la Secretaría de Educación realizará el lunes 15 el foro Hacia una política pública de atención a jóvenes que ni estudian ni trabajan.