Sociedad y Justicia
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La participación del PRD en el conflicto, uno de los errores

Sin el CGH, la UNAM hubiera dejado de ser autónoma, dicen

Los integrantes del movimiento padecemos marginación laboral, afirman

 
Periódico La Jornada
Viernes 12 de febrero de 2010, p. 42

A 10 años del fin de la huelga más larga de la historia en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) –que abarcó de abril de 1999 a febrero de 2000– ex dirigentes del Consejo General de Huelga (CGH) y académicos de la institución sostuvieron que hubo errores en el seno del movimiento estudiantil, pero sin ese movimiento hoy la institución no seguiría siendo nacional, autónoma ni de México.

En el foro de debate en el auditorio Ho Chi Minh, de la Facultad de Economía, donde se criticó la participación de los partidos políticos en el conflicto, en particular del PRD, participaron Alberto Pacheco El Diablo, Jorge Martínez Valero y Bolívar Huerta, entre otros.

Martínez Valero dijo que uno de los errores fue dar más importancia al diálogo con rectoría en detrimento de la movilización en las calles. Agregó que existe una idea generalizada que acusa a los activistas del CGH como los responsables del alargamiento del conflicto, ya que carecían de propuestas y se negaban al diálogo, cuando hasta enero de 2000 –dijo– las autoridades de la UNAM no habían resuelto ni uno solo de los puntos del pliego petitorio de los huelguistas.

Rechazó que actualmente los jóvenes que participaron en ese movimiento sean políticos profesionales, sino que, por el contrario, producto del estigma éstos no tienen chance de empleo, y si fuiste de la megaultra (señalado como el sector más radical) de plano no hay entrada.

Huerta indicó que la entrada del PRD y la falta de autocrítica del sector ultra fueron dos de los principales errores del movimiento estudiantil de 1999.

Alfredo Velarde, profesor de la Facultad de Economía, consideró que en la UNAM hay una gratuidad acotada porque existen cobros ilegales en exámenes para acreditar idiomas. Además de que algunos programas de estudios se han modificado para responder a la lógica del capital.

Propuso a las autoridades universitarias una especie de amnistía para que todos los alumnos tras el conflicto se les restituyan sus derechos universitarios y puedan concluir sus estudios, inscribirse a posgrados y hasta obtener plazas como docentes.