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Es momento de crear un país moderno y justo, dice el rector de la UNAM

A nadie conviene aplazar más la reforma del Estado: Narro

Critica Carpizo que Calderón no negociara antes de presentar su iniciativa

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El secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas (de pie), durante su participación en el seminario sobre la reforma del Estado, realizado en la UNAM. A su lado, el rector José NarroFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Viernes 12 de febrero de 2010, p. 15

El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, advirtió que México reclama cambios y unidad, por lo que a nadie conviene que se siga difiriendo la reforma del Estado. Apostar a que nadie gana y todos pierden es la peor de las condiciones para el país.

Durante la inauguración del seminario La reforma del Estado: un diálogo universitario –organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la máxima casa de estudios–, sostuvo que las transformaciones para México deben basarse en el diálogo, la tolerancia y la negociación, con pleno respeto a las opiniones ajenas para alcanzar los acuerdos con los que la gran triunfadora sea la sociedad. Lo que importa no es la próxima elección, sino el futuro y el porvenir del país.

En el mismo foro, el ex rector Jorge Carpizo, quien es investigador del IIJ, propuso que la UNAM, junto con otras instituciones académicas y organizaciones sociales, encabece los esfuerzos para que todos los actores políticos del país puedan ponerse de acuerdo y converger para concretar la urgente reforma del Estado, idea que Narro apoyó.

En su discurso, el rector subrayó que “es momento de que los mexicanos se atrevan a pensar en grande; sentar las bases, de una vez y para siempre, para construir, al inicio del siglo XXI, una nación moderna, justa, segura, educada, menos desigual, con una actividad económica a la altura de los retos mundiales, y con una ciudadanía informada, educada, participativa, que haya resuelto los asuntos y temas esenciales de la vida.

No podemos darnos el lujo de hacer que los proyectos de reforma que el país reclama con urgencia se vean truncados por visiones de corto alcance o por razones particulares, por válidas que éstas sean.

Planteó que algunos de los temas fundamentales que deben abordarse en la reforma del Estado son reducir la desigualdad social, la pobreza, el analfabetismo y la muerte prematura, los cuales no hemos podido resolver (pese a que) no son algo novedoso, sino que han acompañado al país por muchos siglos. A esto –dijo– deben sumarse nuevos desafíos, como aumentar el apoyo a la educación superior, la ciencia, la tecnología, la cultura y las bellas artes.

Al participar en la primera mesa de discusión, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, sostuvo que si bien México se ha democratizado, debe concentrarse en dar el siguiente paso y transitar de la garantía del sufragio efectivo, que permita tener gobiernos representativos, a la búsqueda de administraciones eficaces.

Hizo una síntesis de la iniciativa constitucional de reforma política enviada por Felipe Calderón al Senado, la cual –afirmó– se basa en dos ejes: por un lado, da más poder a los ciudadanos en la esfera de lo político, con herramientas como las candidaturas ciudadanas, las iniciativas populares y la relección de legisladores y autoridades municipales.

El segundo eje crea incentivos para que los poderes del Estado, sobre todo el Ejecutivo y el Legislativo, encuentren mayores mecanismos de cooperación.

En su turno, Carpizo criticó que Calderón no haya negociado con la oposición para enviar su propuesta al Congreso, por lo que las fuerzas políticas presentarán sus propias iniciativas.

Subrayó que una verdadera reforma de Estado debe resolver los problemas más graves del país, como el pobre crecimiento económico, el desempleo, el limitado desarrollo social, la desigualdad, la corrupción, la impunidad y la pobreza, así como mejorar la educación y la seguridad pública, fortalecer la democracia y, sobre todo, emprender la urgente reforma fiscal.