Viernes 12 de febrero de 2010, p. 31
La titular de Energía, Georgina Kessel, informó que la quema de gas o el llamado envío de gas a la atmósfera, tuvo un costo para el país de 920 millones de dólares durante el año pasado. De haberse aprovechado el gas natural que se extrae de la explotación de crudo se habrían reducido las importaciones en más de 56 por ciento.
Al inaugurar en Campeche el Taller sobre mejores prácticas para la reducción de la quema de gas, la funcionaria aseguró que si en 2009 hubiésemos aprovechado el gas enviado a la atmósfera, habríamos surtido 9 por ciento más de la demanda nacional
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En términos ambientales, agregó, las emisiones globales en 2008 ascendieron a 400 millones de toneladas de bióxido de carbono. De ellas, México emitió 18.5 millones de toneladas.
Al aire, 17.4% de la producción
Según informes oficiales de Petróleos Mexicanos (Pemex) al primer semestre del año pasado (último dato disponible), el gas enviado a la atmósfera representó 17.4 por ciento de la producción total del combustible. Se quemaron mil 224 millones de pies cúbicos diarios de un total de producción de 7 mil 29 millones de pies cúbicos diarios.
Aclaró que en México el incremento en el venteo obedece, en gran medida, a la producción de petróleo, principalmente en Cantarell (donde se inyecta nitrógeno en lugar de aprovechar el gas). Por ello, resaltó que el gobierno federal está emprendiendo acciones para enfrentar estos retos, entre las que se encuentran la próxima entrada a la Alianza Mundial para la Reducción de Quema de Gas, que promueve el Banco Mundial.
Participar en este esfuerzo multinacional, señaló la secretaria de Energía, facilitará al país el intercambio de experiencias y la adopción de las mejores prácticas internacionales de la industria en este renglón. Recordó también que la Comisión Nacional de Hidrocarburos ha emitido regulación en materia de venteo y quema de gas.
Kessel Martínez mencionó que desde la aprobación de la reforma al sector energía existe un nuevo marco regulatorio, donde se emitieron disposiciones técnicas para que todo nuevo proyecto de exploración y explotación de hidrocarburos se planee y se desarrolle con el mínimo desperdicio o destrucción del gas asociado; que los campos, actualmente en producción, adopten un programa de reducciones en la quema y venteo de gas, tomando en cuenta la mejor tecnología disponible.