Presentaron en el Museo de la Ciudad, nuevo libro de la periodista publicado por Grijalbo
no hay democracia; se vive una simulación, dice Carmen Aristegui
Reúne 26 entrevistas con personajes como De la Madrid, López Obrador y Monsiváis
Un tumulto de lectores-ciudadanos clamaban por una dedicatoria de la autora de Transición...
Viernes 12 de febrero de 2010, p. 7
Eran poco después de las ocho de la noche en el Museo de la Ciudad cuando la periodista Carmen Aristegui parecía ser engullida por un tumulto de lectores-ciudadanos que clamaban por una dedicatoria de su nuevo libro Transición: conversaciones y retratos de lo que se hizo y se dejó de hacer por la democracia en México.
Era martes y acababa de concluir la presentación de ese volumen, en el que Aristegui, como parte de su reflexión, había hecho varias preguntas clave, respondidas de manera espontánea por los presentes.
¿Logró México transitar de un régimen autoritario, vigente durante más de siete décadas, a una verdadera democracia?, ¿el régimen político que hoy impera representa cabalmente el sentir de las mayorías y se ejerce el poder desde la perspectiva del interés general?, ¿la transición mexicana culminó?
Las tres sonoras respuestas fueron: ¡Nooo!
Aunque la respuesta fue ¡Siií!
cuando preguntó: ¿Estamos aún en la transición o, a la luz de lo que hoy vivimos y la perspectiva que se vislumbra, tendríamos que decir, abiertamente, que fracasó?
Así, al parecer, la presentación rebasó su naturaleza para convertirse en la toma de pulso de importantes sectores de la sociedad ahí representados, cuyo diagnóstico quizá sea el de un interés y participación crecientes en los asuntos del país.
Con fotografías de Ricardo Trabulsi y editado por Grijalbo, Transición... es un libro en el que Aristegui entrevista a 26 personajes, como Miguel de la Madrid, Andrés Manuel López Obrador, Luis Carlos Ugalde, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Manuel Bartlett, José Woldenberg, Lorenzo Meyer, Carlos Monsiváis y Vicente Fox, bueno, este último sólo envió un texto, pues no quiso ser entrevistado por la periodista.
Los tumultuosos lectores, que tuvieron que ser organizados en dos hileras, eran a la vez los televidentes y radioescuchas de Aristegui que, por cientos, habían tenido que hacer fila para entrar al patio del Museo de la Ciudad y que, cuando ya no cupieron, gritaban dese afuera: ¡Queremos entrar!
, mientras golpeaban el portón.
¿Dónde quedó la transición?
Tras lamentar que muchos no pudieran entrar y destacar la importancia de juntarse para discutir y hablar del país, sobre todo en momentos tan difíciles como el ilustrado por la reciente matanza de jóvenes en Ciudad Juárez, Aristegui, acompañada de Meyer, Miguel Ángel Granados Chapa, Woldenberg, Trabulsi y Andrés Ramírez, el editor, agregó:
Para algunos la democracia llegó y se instaló entre nosotros y lo que vienen son nuevos desafíos. Para otros, el proceso de frustró, y lo que hoy domina son intereses particulares y una representación fallida de la soberanía popular; no hay aquí democracia, y lo que se vive es una simulación. Otras interpretaciones reflejan una democracia endeble con los síntomas de la regresión.
También habló de la presencia en el país de poderes fácticos que han rebasado ya la línea de tolerancia
y que determinan acciones de los poderes formales. Y abundó:
La manera en que inciden en la vida pública del México de hoy la delincuencia organizada, los grupos de interés y los poderes mediáticos es, sin duda, una de las preocupaciones principales para quienes se preguntan en dónde quedó la transición.
Lo que pudo haber sido
Por su parte, Lorenzo Meyer, quien destacó el trabajo periodístico de Aristegui en las 26 entrevistas, al obtener importantes declaraciones, dijo que en Transición... también puede observarse lo que pudo haber sido y no fue
. Planteó: Veo en este libro una buena cantidad de temores, de todo tipo, y creo que eso refleja bien dónde nos encontramos
.
Y luego de repasar varios temas con base en las respuestas de los entrevistados –como los controvertidos comicios de 1988 o de 2006, el pacto conservador
PRI-PAN, o el planteamiento de López Obrador de que sólo el movimiento social puede recuperar el poder para la mayoría–, Meyer dijo que el libro no plantea conclusiones y que éstas tendrán que ser generadas por cada lector.
José Woldenberg fijó su posición: La transición democrática mexicana es algo que ya sucedió. Se trata de una breve o larga etapa, según el gusto, de nuestro pasado inmediato en que se desmontó un sistema autoritario de gobierno y se edificaron las bases para una germinal democracia
.
También consideró que pasamos de una Presidencia omnipotente a otra acotada, de un Congreso subordinado a otro donde ninguna fuerza política puede hacer su voluntad, de una Corte irrelevante en materia política, a una Corte árbitro de los litigios entre poderes, de un centralismo agudo a un federalismo primitivo con un buen número de gobernadores que no tienen auténticos contrapesos en los poderes constitucionales locales
.
Miguel Ángel Granados Chapa dijo que el libro de Carmen Aristegui logró reunir materia prima
de primer nivel para el análisis, que es un texto sobre el pasado inmediato y el presente, que hizo las preguntas pertinentes y también las impertinentes
, y que cada uno de sus entrevistados tuvo que dar de sí
.