La preocupación de una niña de 12 años, debido al deterioro ambiental, así como sus anhelos e ideas para mejorar el planeta, es el tema en torno al cual gira la puesta en escena de Mientras el mundo respira, que será estrenada el sábado 13 en el teatro Casa de la Paz.

Escrita y dirigida por Bertha Hiriart, la obra se centra en los efectos que el deterioro ambiental tiene en el mundo emocional de los niños y niñas de hoy día.

Alejado de discursos ecologistas y del didactismo, en un tono de comedia, el montaje presenta algunas situaciones para la reflexión y la toma de decisiones concretas respecto del problema de calentamiento global, explicó la autora.

Por ejercer el pensamiento ético

Interpretada por las actrices Estela Enríquez (la niña Simona) y Leticia Valenzuela (el gato Galileo), integrantes de la compañía Payasas a la Carta, la obra despierta la imaginación de los niños y de manera lúdica los lleva a involucrarse en las aventuras y desventuras de la protagonista (y su gato Galileo), quien está dispuesta a salvar el planeta del desastre ambiental.

Generalmente cuando se habla en el teatro de ecología, comentó la maestra Hiriart, “se juega con la fantasía, al estilo de: ‘alguien malo se está robando los colores, y hay que recuperarlos’; pero creo que debe haber también ciertos modelos ejemplares y más realistas de conducta de niños y niñas que se vuelven –destacó– sujetos de la historia. No como generalmente los ubican los adultos, como víctimas de una situación, sino como chicos que tienen una fuerza vital de la que hay que aprender”.

Las actrices Estela Enríquez (la niña Simona) y Leticia Valenzuela (el gato Galileo), durante un ensayo del montajeFoto Cortesía de Bertha Hiriart

Hiriart señaló que abordar dicha temática desde la dramaturgia resulta muy importante no sólo para los niños, sino también para los adultos que los acompañen, toda vez que el teatro es una experiencia para entender mejor las cuestiones de la vida.

Hoy día, abundó, ya estamos viendo las consecuencias del deterioro ambiental, pero las peores secuelas que podrían ocurrir si no se hace algo las van a vivir los que actualmente son niños. Por ello hay que orientar esa fuerza vital y el optimismo de los chicos, para que en su adolescencia y juventud intervengan y no avance ese deterioro.

Una cuestión en la que estamos fallando, agregó la dramaturga, es en la educación ética de las nuevas generaciones. Están saturadas de información, pero no se les provee de otras herramientas para que puedan acomodar esa información.

Mientras el mundo respira de alguna manera es una invitación a ejercitar el pensamiento ético, mediante la aventura de Simona y su gato Galileo, que transcurre en la noche más caliente del siglo.

Entre sus juegos, Simona baja el interruptor de la luz, que además de dejar sin iluminación la casa y desconectar la computadora, apaga también la bomba del agua. Así inicia la aventura donde no habrá aire fresco del ventilador, luz ni agua.

Dirigida a pequeños de cuatro años en adelante, Mientras el mundo respira tendrá funciones sábados y domingos, a las 13 horas, en el teatro Casa de la Paz (Cozumel 33, colonia Roma).