Investigadores de la UNAM buscan contrarrestar agroquímicos
Usan té de limón, ajo, cebolla, chile habanero y de árbol, entre otras
Viernes 12 de febrero de 2010, p. 3
Investigadoras de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), desarrollan bioplaguicidas a partir de extractos de plantas medicinales y de ornato, para controlar insectos y malezas dañinos, sin necesidad de introducir pesticidas tóxicos.
El uso de agroquímicos contribuye a la contaminación del subsuelo, suelo y medio ambiente, de ahí la necesidad de establecer otras formas de control de plagas y enfermedades vegetales, para incrementar su producción sin ocasionar daños significativos a esos sistemas, explicaron Ofelia Grajales Muñiz y María Elena Quintana Sierra, responsable y colaboradora del proyecto, respectivamente.
Merma en la producción
Cada año, un tercio de la producción de alimentos básicos y de hortalizas se destruye debido a las plagas o al uso de agroquímicos, y aunque estos últimos son agresivos y merman la producción agrícola, se siguen utilizando.
Por ello, tienen que generarse insecticidas naturales a partir de extractos vegetales como opción de seguridad ambiental. Los bioinsecticidas, a diferencia de los plaguicidas convencionales, resultan baratos, no contaminan, no generan alteración en los seres humanos, ni resistencia a sus componentes; tampoco afectan a los predadores naturales, ni alteran los ciclos de vida de los polinizadores.
El grupo de investigación, dirigido por Grajales Muñiz, trabaja en la obtención de esos productos naturales o biocidas, a partir de extractos de té de limón, eucalipto, cempasúchil, ajo, cebolla, chile habanero y de árbol, Santa María, tejocote, higuerilla y maravilla amarilla.
Hasta el momento, se han analizado principalmente el ajo, el chile y la cebolla, por separado o en combinación, y se han manejado solos o en disoluciones alcohólicas (al 100 o 75 por ciento) contra el caracol en nopaleras, el pulgón en rosales y la cenicilla en cempasúchil, dijo la universitaria.
En el caso del caracol, el biocida repele la plaga y disminuye la población; en cuanto al rosal, los pulgones se vieron altamente controlados y permitió que la flor resurgiera sana
, señaló.
El té de limón inhibió la germinación de plantas arvenses o mala hierba, que se han hecho resistentes a herbicidas como el Fenoxaprop-p. El ajo, cebolla y chile de diferentes especies han resultado eficaces contra el pulgón y la mosquita blanca, así como hongos como el trips, la alternaria y la cenicilla.
Metabolitos secundarios
Comúnmente, las plantas medicinales y de ornato generan sustancias orgánicas en situaciones de estrés y como mecanismo de defensa; se denominan metabolitos secundarios (alcaloides, fenilpropanoides, compuestos fenólicos e isoprenoides, entre otros) y ejercen un efecto biocida que las autoprotege del ataque de agentes patógenos, como hongos, bacterias, virus y algunos insectos o ácaros.
Esos metabolitos son aprovechados para obtener los extractos. Utilizamos tallo, raíz, hojas o las plantas completas; para probar los efectos biocidas, se aplica en especies con alto porcentaje de germinación, como jitomate, frijol, maíz, rábano y chile; si los extractos tienen sustancias con carácter biocida, entonces impedirán la germinación de las semillas
, indicó Grajales.
El equipo de la FES Cuautitlán, donde también colaboran en la investigación Rocío Azcárraga Rosete, María del Carmen Barrón, Juan Carlos Rodríguez Huerta y Juan Garibay, pretende una alternativa saludable para el ambiente
, mediante el potencial natural que tienen las plantas para defenderse.