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Ahora se trata de repensar el diseño del país, sostiene el subsecretario Alejandro Poiré

En Bucareli aprietan el paso para que se apruebe la reforma política de Calderón
 
Periódico La Jornada
Lunes 8 de febrero de 2010, p. 11

En el Palacio de Covián, sede de la Secretaría de Gobernación, hay un tema que ocupa y acelera la agenda de todos los altos funcionarios de esta dependencia encabezada por Fernando Gómez Mont: lograr la aprobación de la reforma política del presidente Felipe Calderón.

“Lo más importante en una reforma institucional como ésta es que no puede (resultar) en parches, sino en un paquete integral. […] Tenemos que vencer el escepticismo”, advierte el subsecretario Alejandro Poiré, uno de los autores del decálogo que busca modificar el sistema político mexicano.

En los discursos oficiales y en los comentarios de pasillo en Bucareli se reconoce que el objetivo es luchar por la reforma, pese a la oposición manifiesta de políticos de todos los colores o a las críticas por dar prioridad a este tema por encima de otros, como el económico o el de seguridad pública.

Con un reto de ese nivel, la plana mayor de Gobernación no pierde el tiempo. A diario se presentan uno o varios de los funcionarios a promocionar esa iniciativa (enviada al Congreso de la Unión en diciembre pasado). Mientras, el equipo de politólogos y abogados hurga en las memorias del Poder Legislativo las anteriores iniciativas presentadas, con el fin de argumentar que la parte medular de la misma (relección de representantes populares y segunda vuelta presidencial) forman parte de un viejo reclamo en la tribuna legislativa y en las plataformas de los ahora partidos de oposición.

El interés y la premura por sacar adelante este proyecto, impulsan también a los funcionarios a echar mano de las nuevas tecnologías para difundir el decálogo. Afirman que al subirlo a Internet, por ejemplo, se alimenta el debate público y la consulta directa con los ciudadanos.

Ahí, en la página www.reformapolitica.gob.mx estará Gómez Mont tratando, dentro de su analfabetismo informático, como él mismo dijo la semana pasada, de chatear con los ciudadanos o haciendo uso de parte del tiempo de Estado (en La hora nacional) para responder las preguntas frecuentes. Se organizan actos matutinos, vespertinos y nocturnos sobre el tema. De ese tamaño es el interés por esta reforma.

Cada subsecretario o director general promueve con celeridad el tema y serán frecuentes los foros con diversos sectores de la población. Todo con el fin de sacar adelante esta propuesta, preferentemente en el periodo ordinario de sesiones en marcha.

En ese contexto, Poiré (ex asesor directo del presidente Calderón en política, otrora mancuerna del extinto Juan Camilo Mouriño y actualmente subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos) afirma que las posturas de dirigentes de partidos políticos y coordinadores legislativos anuncian no el fin de la discusión, sino una negociación.

No porque de entrada haya una posición que no sea de respaldo pleno a algún aspecto de la iniciativa del Ejecutivo, ello no quiere decir (sic) que la iniciativa no va a prosperar. En lugar de prejuiciarnos y prejuiciar la opinión pública con el resultado de la negociación, vámonos sentando para trabajar, dijo.

En principio, afirma que la propuesta reconoce que el país ha tenido un tránsito democrático exitoso en muchos aspectos, principalmente en materia electoral, para garantizar la pluralidad y la alternancia.

Sin embargo, agrega, existe un déficit para generar mayor cercanía entre ciudadanos y sus representantes.

Con base en la premisa anterior, se ha puesto énfasis en la relección de alcaldes y legisladores, bajo el argumento que somos el único país en el que está prohibida esa posibilidad: elección consecutiva de todos los cargos de representación popular.

De la segunda vuelta presidencial, Poiré afirma que el ciudadano debe tener claridad en las opciones finales y, al mismo tiempo, decidir cuál debería ser la integración del Congreso.

Poco peso a la contienda de 2006

Los autores de la iniciativa conceden poca razón de peso a la contienda presidencial de 2006, cuando la diferencia entre los dos principales contendientes, según los resultados oficiales, fue mínima.

Más bien tratan de presentar esta posibilidad como una alternativa al sistema mexicano de partidos políticos y para garantizar la pluralidad en el Congreso porque –argumentan– continuarían las reglas de proporcionalidad en la representación. Con la segunda vuelta se alentarían las coaliciones donde la tercera fuerza política tendría un papel fundamental.

Antes de volver a hacer una generación de reformas electorales, de lo que se trata ahora es repensar el diseño del país, para que los ciudadanos puedan hacer rendir cuentas a sus representantes, dijo Poiré.

En entrevista con La Jornada, comentó que en esta primera etapa de difusión de la iniciativa de la reforma existe un acuerdo, entre todas las fuerzas políticas, para que una enmienda de ese nivel sea discutida con amplitud y seriedad.

Poiré rechazó que la propuesta presidencial esté condenada a la congeladora legislativa.

“Sí creemos que hay toma de posturas y ello anuncia precisamente una negociación. Hay debate y disposición de llegar a acuerdos. […] Esta iniciativa es una oportunidad para que los propios actores políticos vayan más allá y se pueda oxigenar la política”, expresó.