Tomatlán, Jal., 7 de febrero. Las autoridades municipales de Tomatlán presumen que impulsarán un ordenamiento ecológico ejemplar en el megadesarrollo turístico que se pretende erigir en la playa Chalacatepec, pero aún carecen del proyecto ejecutivo y del plan maestro correspondientes. Asimismo desconocen los pormenores de las ventas de terrenos ejidales a la firma Rasaland (RSL).

No tenemos el proyecto de cómo van a construir. Apenas hay pláticas y sabemos de la compra de terrenos. El municipio no tiene un expediente que esos terrenos son de Rasaland, Palisca o Sierra Vallarta, porque no es nuestra obligación ni nuestra facultad, dijo el síndico Ulises Palomera Jiménez.

Podemos sentarnos a la mesa y hablar a otras dependencias para que vengan y organicen, pero sólo estamos facultados en asuntos de ordenamiento urbano y construcción, agregó en relación con el proyecto que anunció el mes pasado el gobernador Emilio González Márquez, en el cual el Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco invirtió 89 millones de dólares.

Los ejidatarios Guadalupe Valadez y Elías Sánchez, este último miembro de la directiva del ejido José María Morelos, consideraron que el desarrollo, financiado en parte con el fondo de pensiones de los burócratas estatales, tiene un mal comienzo con la compra de tierras a precios bajos.

“¿Así quieren lograr el desarrollo de este pueblo olvidado, timándolo con su propiedad? El gobernador dice que estaremos llenos de beneficios, que habrá más empleo, que llegó la civilización. Sí, cómo no. Con la falta de escuelas de nivel superior, a lo único que aspirarán muchos de los que se queden será a convertirse en Mexican curious de los millonarios que lleguen”, afirmó el ejidatario Jorge Sánchez.

El comisario ejidal, Ricardo Vázquez Nájar, dijo que el precio de entre 150 mil y 250 mil pesos por hectárea que se ha pagado a la mayoría de los ejidatarios no me parece justo, y negó haber presionado a sus vecinos para que vendieran.

Otra ejidatario que solicitó anonimato sostuvo: Nos están presionando para vender a un precio que no nos conviene. La tierra nos la dejó mi papá, la trabajamos, y nos ofrecen 250 mil pesos por hectárea. Hace un año estaba a 150 mil.

Aseguró que un particular llamado Ignacio Moreno Martínez negocia con los lugareños al menos desde 2007 y ahora nos dice que nosotros tenemos que buscarlo, que no se hace responsable de lo que pase. No sabemos a qué se refiere, pero está presionando.

Quienes aceptaron vender firmaron un contrato de cesión de derechos con Ricardo Santa Cruz Mahoney, director de proyectos de RSL, y representante legal de Chalamar SRLCV.

Los entrevistados coincidieron en que el negociador les advirtió que las tierras ejidales pertenecían a pequeños propietarios y que, por tanto, los ejidatarios eran meros posesionarios y debían vender antes de que los expulsaran.