Berlín bajo cero
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erlín. Los habitantes de Berlín se admiran de ver congelado el Spree, río que atraviesa la ciudad, mientras extreman las precauciones para no resbalar con el hielo que cubre las calles y darse un golpe que puede llevarlos al hospital.
A pesar de ser capital de un país donde en invierno no falta la nieve, la vida en Berlín se alteró este año con temperaturas que superaron, según el servicio meteorológico alemán, los 20°C bajo cero y las intensas nevadas, que alcanzaron niveles inéditos desde 1979.
Las bajísimas temperaturas tienen de todos modos mucho de disfrutable: por las noches, en Kreuzberg, zona de la ciudad que concentra la población joven y alternativa, grupos de jóvenes salen a caminar sobre las aguas heladas del canal Landwehr.
Las temperaturas bajo cero produjeron en Berlín también un revival del patinaje: los mismos lagos que rodean la ciudad y en verano sirven para nadar o navegar se usan desde mediados de enero como pistas de patinaje.
Incluso la programación televisiva está en la onda: todos los canales pasan películas sobre patinaje, esquí y festejos invernales. El hielo en la ciudad hace que aumente el que se ve en la pantalla, y no sólo en los informativos, que dedican muchos minutos a los accidentes y problemas que causa el frío.
Los resbalones no son el único riesgo que acecha en la vía pública: el hielo y la nieve acumulados en las alturas de edificios o árboles a veces caen bruscamente, sobre todo cuando empiezan a subir las temperaturas, con riesgo para quienes pasen por abajo.
El tránsito también resbala: la policía de Potsdam pidió a los conductores que en lo posible se abstengan de usar sus automóviles e informó de que en horas de la mañana hubo 54 accidentes en Brandeburgo, con seis heridos leves.
Máquinas barredoras recorren a diario las calles y aceras de Berlín, desplazando las masas de nieve y echando en su lugar piedritas o aserrín para garantizar la circulación de personas y automóviles, al menos hasta la próxima nevada.
Dpa