Luz y Fuerza del Centro (LFC) registró un importante saneamiento en sus finanzas durante los tres primeros trimestres del año pasado (antes del decreto de extinción de la entidad publicado en octubre de 2009), al lograr revertir pérdidas por un monto cercano a los 9 mil 500 millones de pesos, según revelan informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Los datos oficiales precisan que LFC reportó pérdidas en el periodo enero-septiembre del año pasado por mil 885 millones de pesos que se comparan favorablemente contra los ingresos negativos que alcanzó en 2008 por 11 mil 321 millones de pesos.

En las cuantiosas pérdidas que LFC alcanzó en 2008 un factor determinante fueron las transferencias de recursos que realizó a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por compras de energía por 56 mil 609 millones de pesos.

Para el periodo comprendido entre enero y septiembre de 2009, las compras de energía eléctrica de LFC a la CFE fueron por un monto de 32 mil 701 millones de pesos, precisan los reportes oficiales.

LFC siempre estuvo impedida para generar su propia energía y así abatir costos y siempre estuvo obligada a comprar la energía a CFE a precios mayores incluso a la que se vendía al público, lo que provocó un constante deterioro de las finanzas de la compañía.

Lo anterior pone en evidencia la debilidad de los argumentos esgrimidos por el gobierno federal para decretar el 11 de octubre del año pasado la extinción del organismo descentralizado de LFC.

Estos datos dados a conocer por la SHCP confirman las conclusiones del reporte Informe de la desincorporación y en el Diagnóstico de Luz y Fuerza, publicado por La Jornada el pasado 27 de octubre en el que el subsecretario de Electricidad de la Sener, Benjamín Contreras Astiazarán, confirma que la principal carga de LFC no es el contrato colectivo de trabajo, sino la compra de energía a la CFE y el costo de combustibles para su generación.

Al respecto, José Luis Apodaca, experto en temas de energía, explicó que la CFE le vendía el kilovatio-hora (Kw) a alrededor de 1.50 pesos, mientras que se la compraba a los productores independientes a un peso, lo que representaba para LFC una erogación de casi 60 mil millones de pesos anuales a precios de 2008.

La extinción de LFC decretada por el gobierno de Felipe Calderón, así como la desaceleración económica que provocó una contracción del producto interno bruto de casi 7 por ciento en 2009, ocasionó que la demanda de electricidad disminuyera por lo que las ventas de CFE cayeron 15.4 por ciento.