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El agua rompió cárcamos, inundó colonias enteras, provocó caos vial y apagones

No dejaba de llover

Algunos damnificados se resistían a dejar sus casas

Buscaban salvar lo que se pudiera

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Residentes de la colonia CTM Culhuacán, de la delegación Coyoacán, se vieron obligados a abandonar sus viviendas con lo más indispensable, ante el temor de que la inundación los atraparaFoto Carlos Ramos Mamahua
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Poco más de 20 efectivos del Ejército Mexicano recuperaron la bandera monumental en la glorieta de San Jerónimo y Periférico, la cual cayó ayer por la mañana debido al peso por la lluvia y el fuerte vientoFoto Mario Antonio Núñez López
 
Periódico La Jornada
Viernes 5 de febrero de 2010, p. 33

No fue la tormenta que se esperaba, sino una lluvia constante la que rompió cárcamos, inundó colonias enteras, cerró vialidades, provocó apagones, cubrió autos estacionados y atrapó a cientos de personas en sus propias casas y transporte público. Pero el problema mayor, coinciden las autoridades y los afectados, es que no dejaba de llover.

En la mayor parte de la ciudad, el caos vehícular paralizó el movimiento habitual. No había taxis desocupados, las filas de autos que se dirigían hacia el aeropuerto formaban un gran estacionamiento y en el resto de las vialidades de mayor flujo como el circuito interior y periférico, presentaban un avance muy lento provocado del gran número de encharcamientos.

La lluvia también sorprendió a los vecinos de las colonias Álvaro Obregón y Peñón del Márquez, en Iztapalapa, la mañana de ayer.

Alrededor de 140 personas de estas zonas, tuvieron que ser rescatadas en las lanchas que flotaban como en ríos, por calles, donde hasta el miércoles, circulaban autos y microbuses.

Socorristas y paramédicos del ERUM, trasladaron a los vecinos, empujándolos con sus propios cuerpos cubierto más arriba de la cintura por el agua.

En medio de los caudales de agua que recorrían las colonias de esta zona, un camión de granaderos intentó trasladar a más vecinos a un lugar seguro, pero el propio transporte policial, quedó varado en medio de tanta agua.

Los uniformados ataron cuerdas a las unidad, mientras los vecinos subían al toldo para observar las maniobras.

Paralelamente, en la delegación Venustiano Carranza, la familia Jiménez, que habita en la calle Xishú, en la colonia Arenal cuarta sección, notó que el gua brotaba de las coladeras y registros domiciliarios.

Su primer acto, comentó José Luis, jefe del hogar, fue intentar rescatar sus pertenencias. Pero apenas había pasado media hora cuando el agua ya llegaba hasta sus piernas. Aún continuó con el rescate, pues su propósito era evitar a toda costa pérdidas materiales.

Los vecinos de la citada calle se resistieron a abandonar sus hogares. La prioridad era poner a salvo muebles, computadoras y aparatos electrodomésticos. Sin embargo la tarea se interrumpió, pues la inundación alcanzó una altura de 1.50 metros.

Verónica Estrada, madre de una bebé, pasadas las diez de la noche aún pedía el apoyo para rescatar a su hija y padre que estaban atrapados. La vivienda se encuentra localizada justo en los límites de la colonia, en avenida 7 y Xitla, donde hasta a medio día todavía no llegaba el apoyo de las autoridades.

Teresa Castañeda, otra de las vecinas afectadas de la colonia, junto con su familia, hace esfuerzos por sacar el agua de su casa, pese a la indicación de las autoridades para desalojar el inmueble, la mujer se resiste, sin embargo ella y su familia han acondicionado los techos de la vivienda con cobijas y algunas ropas, pues piensan pasar la noche en el lugar.