La violencia que se vive en Ciudad Juárez, Chihuahua –como el ataque armado contra varios jóvenes que se encontraban en una fiesta, que causó la muerte de 16–, es el más claro ejemplo de un Estado fallido y de la impunidad que tienen los delincuentes en esa urbe fronteriza para someter a la población, señalaron los especialistas en seguridad nacional y crimen organizado José Luis Piñeiro (de la Universidad Autónoma Metropolitana), Martín Barrón (del Instituto Nacional de Ciencias Penales) y Alejandro Martínez Serrano, egresado del Colegio de la Defensa Nacional y catedrático en la Universidad Nacional Autónoma de México.

José Luis Piñeiro hizo un llamado para que el gobierno federal realmente transforme su estrategia e incluya verdaderos programas de desarrollo social, educativo y de empleo en Ciudad Juárez, dado que el envío de miles de militares y policías ha sido ineficiente.

Ante esos hechos, Barrón y Martínez Serrano coincidieron en señalar la necesidad de realizar investigaciones victimológicas y determinar verdaderamente las causas de la ejecución.

Los tres investigadores sostuvieron que existe la posibilidad de que los sicarios realizaran la masacre como una manera de amedrentar a la sociedad y a las autoridades, así como para señalar que quien manda en esa ciudad son los criminales.

Por separado, la Academia Mexicana de Derechos Humanos aseveró que Juárez se ha convertido en la ciudad más peligrosa del mundo y de México por la violencia, los crímenes de mujeres y el narcotráfico”. A casi una década de que se han instrumentado planes y programas del gobierno federal, no hay resultados, lo cual es muy lamentable.

Lamentos tardíos

Más de 48 horas después de ocurrida la masacre, la Secretaría de Educación Pública (SEP) emitió un breve comunicado en el que lamentó el trágico fallecimiento de estudiantes del Colegio de Bachilleres (Colbach) y del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial de esa urbe.

La dependencia expresó sus condolencias a los deudos e informó que mantendrá estrecho contacto con la Secretaría de Educación y Cultura de la entidad para, conforme a sus atribuciones, colaborar en lo que sea pertinente.

Ante la intolerable ola de violencia en la región, Gonzalo Aguilera Gutiérrez, director general del Colbach en Chihuahua, recomendó a los estudiantes fortalecer las acciones de autoprotección, como juntarse sólo con chicos sanos, que sepan quiénes son y no ponerse en riesgo, y los conminó a estar más cerca de sus padres.

La directora general del Instituto Mexicano de la Juventud, Priscila Vera, exigió el esclarecimiento de los hechos y que no queden en la impunidad como tantos otros casos. Sostuvo que ante la creciente presencia de jóvenes como víctimas y victimarios del crimen organizado, debe impulsarse una educación de mayor calidad e incrementar las fuentes de empleo.

Al condenar la ola de crímenes ocurridos en Ciudad Juárez, el presidente del PRD, Jesús Ortega, pidió al gobierno federal modificar su estrategia de combate al crimen organizado, porque la actual no ha funcionado.

Manifestó su pesar porque la sociedad asuma sucesos de este tipo como normales: es terrible que la sociedad ya no tenga capacidad de indignación frente a estos hechos. Cuando digo la sociedad me refiero a todos: medios de comunicación, partidos políticos y ciudadanía que ya vemos como ordinario que se asesine un día a 15 personas o 25 jóvenes. Es verdaderamente terrible que la sociedad mexicana no reaccione en su conjunto.

El dirigente nacional del PAN, César Nava, lamentó estos hechos violentos y manifestó su solidaridad con los familiares de las víctimas.

Consideró que el ataque demuestra una escalada de odio por parte del crimen organizado contra la población y un desprecio por la vida humana.

Lo que procede ahora, sostuvo, es redoblar esfuerzos para sancionar a los responsables y prevenir hechos similares. Contra la demanda de otros panistas que piden la renuncia del gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza, Nava expuso que este es momento de buscar la colaboración.