La música es un bálsamo sonoro, íntimo; es un arte que se puede llevar a todas partes y en todas las circunstancias emocionales, afirmó la cantante y compositora Sasha Sökol en entrevista con La Jornada, en la que detalló sobre su nuevo disco, titulado Tiempo amarillo, que contiene acentos en el pop y el chill out.

Con este material rompe una sequía en el terreno del pop, del cual se había alejado para desarrollar proyectos en otros géneros, como el ranchero y diversas fusiones.

Son 11 canciones que denotan a la ex Timbiriche alejada de un pop soso y trivial. Es más, defiende sus logros actuales: “Calificar el pop de plástico o trivial me parece innecesario y superficial, pues dentro del pop hay cosas súper deliciosas y otras que son más desechables, lo cual depende del cantante, de la canción y de muchas otras cosas. No obstante, entiendo de dónde surge el comentario: dentro del pop ha habido muchos artistas que son del momento o que tienen éxitos fugaces, famosos de plástico.

Dichos artistas se dan más dentro del pop que en otros géneros; por ejemplo, en el rock tienes que salir, tocar y defender tus rolas mucho más a nivel musical y en ese momento deja de ser plástico. No creo que sea justo tachar a todo el pop como género de plástico.

El primer sencillo de esta producción es La última vez; el álbum fue producido por Aureo Baqueiro, Sandy McLelland, Cachorro López y Vico Gutiérrez. El color amarillo denota para Sasha alegría y tranquilidad, abundancia y cosecha, emociones que desea compartir con el público.

Bálsamo sonoro e íntimo

Considera que la música es un motor, asidero, bálsamo. Me dedico a la música, pero me nutro también de ella, es el lugar donde encuentro inspiración, donde me enriquezco y saco recursos para conectar con algunas personas.

Añadió que la música, a diferencia de las otras artes, acompaña al público y se vuelve una relación muy íntima. “Eres tú y la música. Te puede fascinar Picasso y quizá se haya tenido la posibilidad de ir a España y ver el Guernica en persona en el Reina Sofía, pero es raro que el Guernica te acompañe en tu vida; sí, es una experiencia ver una obra fenomenal, pero no forma parte de tu cotidianeidad. Lo contrario ocurre con la música, que sí forma parte de ti; así, puedes estar bañándote y tarareando una canción; puedes estar haciendo el amor acompañado de un soundtrack; puedes estar en tu coche a solas, caminando en una montaña gozando de Bach, oyendo un mp3. Ésa es una experiencia musical y en ese sentido es un bálsamo que sirve de compañía absolutamente íntima. Entonces puedes voltear hacia atrás y darte cuenta de cuál es el soundtrack de tu vida, las canciones que te han acompañado; los momentos duros, las que te han levantado cuando estás abajo; las que te han hecho bailar cuando estás alegre; las que te remiten a un amor o al truene de una relación, en fin, no creo que haya una emoción en el ser humano en la que no se pueda estar acompañado del sonido, del bálsamo sonoro que es la música.”

La última vez es el título del primer sencillo de esta nueva producción

–¿En este disco ha hecho lo que ha querido o ha hecho un equilibrio entre lo propio y el mercado?

–Es lo que yo he querido hacer, intentando que lo que hago lo entienda alguien y le guste, pero eso nunca sabes cómo se va a dar, realmente no hay fórmulas. Cuando me siento a componer no estoy pensando cuál va a ser el resultado de esa canción, sino experimentar una sensación catártica de una emoción. Luego, ojalá que eso que escribí, le encontré acordes, musicalicé y mezclé, a alguien le haga vibrar y permita que mi canción forme parte del soundtrack de su vida.

Ésta es, pues, la vuelta de Sasha a sus orígenes musicales, el pop, pero ahora de color amarillo, según su concepto muy personal.