Consiguió su título 16 de Grand Slam tras imponerse a Murray
El tenista escocés se disculpó con los británicos por no haber ganado
Lunes 1º de febrero de 2010, p. 8
Melbourne, 31 de enero. El suizo Roger Federer despachó al escocés Andy Murray, por 6-3, 6-4 y 7-6 (13-11), y se coronó por cuarta vez campeón del Abierto de Australia, su título 16 de Grand Slam.
El número uno del mundo frustró la ambición del jugador de Reino Unido, de romper la maldición británica y convertirse en el primer tenista de su país en adueñarse de un título grande en 74 años, desde que lo hizo Fred Perry, en 1936. en Nueva York.
Federer se llevó con comodidad los dos primeros sets y debió esforzarse en el tercero, definido en un emotivo y largo tie break, durante el tercer match point, cuando un revés a la red de Murray cerró el pleito en dos horas y 41 minutos de juego.
Así, Federer volvió a levantar el trofeo en Melbourne Park, como lo hizo en 2004, 2006 y 2007. Y prolongó su leyenda como uno de los más grandes tenistas de todos los tiempos.
No lo puedo creer. Jugué el mejor tenis de mi vida en las dos recientes semanas. Es un momento especial. Este público logra que dé lo mejor de mí. Se trata de uno de los mejores partidos de mi carrera, quizá el mejor
, señaló el suizo de 28 años.
Federer volvió a vencer en una final de Grand Slam a Murray, tras el Abierto de Estados Unidos en 2008, en el mismo escenario donde un año antes había caído en la final de Australia ante el español Rafael Nadal.
Eres demasiado bueno como jugador para no ganar un Grand Slam, no te preocupes por eso
, consoló el campeón a Murray en la ceremonia de premiación.
Federer arrancó como si fuera a aplastar a un Murray que parecía ausente. Quebró para 2-0 ante un rival cauto, que no atacaba.
Sin embargo, el británico se despertó enseguida y se desquitó con un par de passing shots, con el helvético en la red, que hizo recordar el talento que poseía el aspirante a su primer Grand Slam, uno de los pocos con quien Federer tiene un récord desfavorable, ahora de 6-5.
Murray dispuso de tres puntos de quiebre en el séptimo game, pero le faltó agresividad para concretarlo. Entonces Federer se recompuso y atacó en los momentos precisos para romper el 5-3 y luego alzarse con el primer parcial en 43 minutos.
El escocés había pagado un alto precio por no arriesgar en algunos puntos y siguió sin cambiar de estrategia, mientras el suizo reforzó su dominio en el segundo set y sacó a relucir su manual de winners (metió 46 tiros ganadores).
En el sexto set, el suizo se equivocó en la red y el británico, con una derecha cruzada, quebró por primera vez, para 4-2.
El público se entusiasmó ante la perspectiva de llegar a un cuarto set, pero Federer levantó su nivel y rompió en el noveno game para forzar el tie break.
Con el triunfo, el suizo levantó los brazos al cielo, se tomó brevemente la cabeza, miró hacia el palco donde estaba su familia. Y sonrió.
Durante la premiación, Murray pidió perdón a los británicos por no haberles cumplido el deseo y derramó un par de lágrimas. “Puedo llorar como Roger, lástima que no pueda jugar como él… Ya está, lo siento”, agregó, y dejó el estrado sin poder continuar.