El indonesio salió cortado y detuvieron la pelea en el séptimo round
Domingo 31 de enero de 2010, p. a35
Jorge El Travieso Arce ganó como le gusta: sufriendo. Apostó 14 años de carrera a una sola pelea –si la perdía, sería la despedida–, pero el púgil de Los Mochis conquistó el que dice que será el último título de su carrera, el supermosca de la OMB, al vencer al indonesio Angky Angkota, quien sufrió una cortada que detuvo la contienda en el séptimo asalto para decidir el resultado por las tarjetas.
Ahora, Arce es tricampeón, como Julio César Chávez, Érick Morales, Marco Antonio Barrera y Juan Manuel Márquez.
El sinaloense intercambió golpes desde el inicio del combate en la plaza de toros del restaurante Arroyo, sin asaltos de estudio ni clases magistrales de boxeo; no, la ambición de una corona más impulsó al Travieso a reducir todo un escenario a la esquina contraria. Ahí prácticamente se desarrolló toda la contienda.
Arce entró al terreno corto, ese emotivo espacio donde los peleadores se hacen daño. Nada de filigrana de pies y manos. El Travieso pelea con la premisa de que quien no arriesga no gana, y como él arriesgó, terminó por anular al rival. Encerrados con la furia de dos enemigos que se encuentran en alguna solitaria calle del barrio.
Había demasiado en juego, pues, según el propio Arce, la gente suele recordar más una última golpiza de un campeón que toda una trayectoria. No quiero irme derrotado, como muchos boxeadores, en el ocaso de su carrera y sin dinero, golpeado y sin nada. Quiero ganar el título mundial y luego irme
, dijo sobre esta pelea.
Y como a los famosos les cuesta trabajo despedirse de los reflectores, ahora El Travieso planea algunas defensas de este título, aunque asegura que no quiere irse con la cara en la lona.
Jackie Nava nueva campeona
Jackie Nava tiene oficio y lo administra. Ganó de forma indiscutible el cinturón interino supergallo del CMB a la panameña Shantal La Fiera Martínez, por decisión unánime en 10 episodios. Apenas en la semana la centroamericana ninguneó a Nava y amenazó con derrotarla con la misma contundencia de sus insultos.
La panameña parecía segura sobre el cuadrilátero: con la guardia abajo, demasiado abajo, desafiaba a esa veterana
tijuanense, pero Nava aprovechó cada oportunidad y metió el puño a la cara de la rival.