En estos días, tres grandes autores contemporáneos celebrarán sus aniversarios de natalicio, cada uno con sus características literarias muy personales, pero todos con el común denominador de encontrarse en un estado de madurez creativa y de haber aportado obras determinantes en sus contextos: Kenzaburo Oé, Benoîte Groult y María Elena Walsh.

Este domingo, Kenzaburo Oé cumplirá 75 años. Ganador del Premio Nobel de Literatura en 1994, el autor es considerado como una suerte de énfant terrible que sacude periódicamente la conciencia de los japoneses a causa de su estilo vanguardista, complejo y a veces descarnado.

Pionero en la incorporación de diversos elementos de la novelística occidental, Oé ha escrito más de 30 libros en los que ha roto con varios temas tradicionales de su país, como la armonía, la perfección, el cambio social, el aislamiento y el desarraigo.

Nacido el 31 de enero de 1935 en la isla de Shikoku, al suroeste de Japón, el escritor ha reflejado en su trabajo el entorno rural en el que creció, pero también el trauma indeleble que dejó en la sociedad nipona el lanzamiento de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, y el posterior acercamiento de su país con Estados Unidos.

Al llegar a los 75 años, Oé sigue considerándose a sí mismo la oveja negra de las letras japonesas y, aunque en 2008 publicó ¡Adiós a mis libros! –una especie de anuncio de retiro de la actividad artística–, sus novelas y relatos siguen marcando una pauta importante en el panorama literario mundial.

Feminismo a través de la novela

También este domingo es el cumpleaños número 90 de la escritora francesa Benoîte Groult, quien ha cultivado su feminismo a través de la novela, especialmente del libro autobiográfico El amante del mar, hasta ahora su mayor éxito de ventas.

En dicho bestseller erótico, Groult hace una autoexploración nada complaciente. Con sorna e ironía, recuerda la época en que abandonó la seguridad de pertenecer a una familia de la clase alta parisina, para ganarse a sí misma como mujer independiente.

Luego de tres matrimonios y tres hijos, la autora encontró su propio camino al feminismo de la mano de la libertad sexual. No sin cierta timidez me sumo a la dudosa bandada de escritores que intentaron fijar en una hoja en blanco aquellas alegrías carnales que de vez en cuando asaltan el corazón, consignó en El amante del mar.

La novela, escrita en primera persona, habla del intenso romance que sostiene el personaje principal –ella misma– con el pescador Gauvin, el cual dura toda la vida. Diez años más tarde, Groult confesó que la historia estaba basada en sus propias experiencias con un piloto estadunidense a quien nunca dejó de ver, pese a estar casada y tener incluso nietos.

Mañana lunes, mientras tanto, será el turno para celebrar a María Elena Walsh, poeta argentina que cumple 80 años de edad.

Considerada una de las máximas figuras de la literatura infantil en su país, Walsh se caracteriza por cultivar una obra llena de fantasía y humor, que con el paso del tiempo se ha convertido en un clásico local, y que se expresa también a través de la música.

La escritora, cantante, traductora, compositora y guionista nació el primero de febrero de 1930 en Ramos Mejía, suburbio de la ciudad de Buenos Aires, en el seno de una familia de inmigrantes ingleses e irlandeses.

Autora de más de 20 libros de narraciones para niños y cientos de canciones, algunas de ellas interpretadas por Mercedes Sosa y Joan Manuel Serrat, Walsh se propone cantar canciones para los que no tienen ilusiones, poesía para los que perdieron la alegría, como ella misma definió en uno de su temas.

Además de su trabajo como escritora y compositora, María Elena Walsh también se ha dado tiempo de cuestionar el autoritarismo, la opresión y la injusticia a través de sus artículos periodísticos.