Las baterías originales son basura tecnológica, no residuos peligrosos, precisan
Jueves 28 de enero de 2010, p. 3
Las pilas primarias (alcalinas y de zinc-carbono) del mercado formal, no contaminan el ambiente ni causan daños a la salud. Pueden desecharse en la basura, junto con otros residuos inorgánicos, ya que no son peligrosas desde el punto de vista de su toxicidad, aseguraron especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Análisis científicos de ambas casas de estudio comprobaron que esas baterías sólo son basura tecnológica y no residuos peligrosos
, ya que no contienen materiales químicos, como mercurio, cadmio y plomo, por lo que es innecesario reciclarlas o crear depósitos especiales para desecharlas.
Los estudios, realizados a solicitud de la Asociación Mexicana de Pilas (Amexpilas), revelan que las baterías que se adquieren en el mercado informal son las que contaminan debido a que se fabrican con materiales que dañan el ambiente.
Las investigaciones de Benjamín Ruiz, de la Facultad de Química de la UNAM, y Guillermo Román, del Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo del IPN, concluyeron que las pilas que se distribuyen en el mercado formal (de diversas marcas y que se compran en tiendas establecidas) contienen menos químicos dañinos a lo establecido en la norma que rige esos productos.
Norma oficial
La norma oficial –en la que trabaja la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales– asienta que las baterías alcalinas o de zinc-carbón no pueden contener más de cinco partes por millón de mercurio, plomo u otros materiales contaminantes, lo que cumplen las pilas legales
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Sin embargo, advirtieron, baterías piratas o del mercado informal promedian 300 partes por millón de esos químicos, por lo que recomendaron no adquirir esos productos aun cuando sean más económicos.
Datos proporcionados por Amexpilas revelan que en México esta industria registra ventas de 500 millones de dólares anuales, con pérdidas de entre 175 y 200 millones debido a que el mercado se ha inundado de productos provenientes de mercados informales, principalmente China. Actualmente en el país se comercializan alrededor de 30 marcas ilegales.
Se advierte que alrededor de 40 por ciento de las pilas que se venden en territorio mexicano (260 millones de unidades) son de procedencia ilegal. En promedio, cada mexicano usa al año seis piezas del mercado formal y 11 cuando proceden de la informalidad.
El investigador de la UNAM también estudió la resistencia de las pilas formales. Encontró que el material químico con el que están fabricadas no se derrama, además de que aun cuando fueron sometidas a grandes presiones (con aparatos industriales), el cuerpo de las baterías no se deforma. Ocurrió lo contrario con las pilas piratas o de marcas desconocidas, ya que la mayoría no tienen cuerpo de metal, sino de cartón e inclusive de papel periódico
.
El especialista comentó que aun cuando las pilas del mercado formal se abrieran y se derramara el contenido en la piel no hay mayor problema. El material más agresivo que contienen es hidróxido de potasio que, al ser parecido a la sosa cáustica, puede causar quemaduras: en ese caso sólo hay que lavar el área, mantenerla ventilada y no es necesario usar ningún tipo de crema o pomada.
El científico del IPN analizó más de 40 marcas legales, así como algunas muestras piratas. Entre las primeras no halló ningún peligro
de toxicidad, mientras el segundo grupo presentó grandes cantidades de plomo y mercurio.
Indicó que sería mucho más costoso para el país emprender campañas para reautilización y recolección de las pilas, porque las originales se pueden tirar a la basura sin ningún riesgo
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