Falleció a los 55 años y sus restos serán cremados este miércoles
Miércoles 27 de enero de 2010, p. 9
Ayer, a los 55 años de edad, falleció el cantautor argentino Cacho Duvanced. Quienes lo conocieron recuerdan su carácter siempre alegre, a veces taciturno, melancólico. Era reconocido por su capacidad para tocar la guitarra, su voz clara y a veces grave, su profundidad en las letras.
Su deceso fue una sorpresa: a las 10 de la mañana su corazón dejó de latir.
En una funeraria situada en la lateral del Periférico, cerca del Museo Papalote, se reunieron familiares y amigos, como Nayeli Nesme, Gerardo Leonardi y Betsy Pecanins, entre otros colegas de la trova.
Cacho llegó a México en 1980 procedente de Tandil (ciudad ubicada al sur del Paraíso
, a decir del autor), en la provincia de Buenos Aires. Y su ligero equipaje incluía una armónica, guitarra y acordeón, instrumentos con los que ya experimentaba sonidos y una poética que con el tiempo se harían característicos de este músico argentino.
Cacho Duvanced, de apellido europeo y herencia migrante sureñoamericana, supo escuchar los ecos metafóricos de aquellas vivencias, historias personales, cotidianas y culturales de un pueblo y una región, que recrea en la atmósfera de sus composiciones. En su primer disco, Si te encuentro (1984), dejó constancia de todo ello.
En México, además de sus recitales en diversos foros, realizó una gira con Amparo Ochoa durante 1983 por la costa de Estados Unidos, que repitió en 1986. Asimismo, participó en el disco 10 grandes de la nueva canción, donde, entre otros compositores, compartió créditos con Silvio Rodríguez, Alfredo Zitarrosa, Nacha Guevara y la misma Amparo.
En 1987 dio a conocer Lo que ellos quieran, disco que lo situó poética y musicalmente entre los creadores más fecundos de su generación.
Asistió a los festivales de la Canción Popular, en Houston, de la Canción Nicaragüense, así como al Cervantes en Todas Partes, de Guanajuato y la ciudad de México.
Cargado de lírica
En su producción, Volveremos a andar, confirmó la consecución de una búsqueda que encontró en el rock, el tango, el jazz y el folclor latinoamericano las fuentes para una fusión acorde a la naturaleza de su identidad poética y musical. A lo que habría que agregar la singularidad de un universo donde la ironía y el juego parecen atenuar desolaciones e incertidumbres varias, pero siempre cargadas de instancias líricas.
En una de las entrevistas que concedió a La Jornada, Cacho expresó que su música apuesta por una democracia de escuchas en la que todos aprecien todo tipo de música
. Eliseo Alberto dijo de él: es del grupo de los payadores, de los solitarios, de quienes saben las verdades amargas del alma, de las fuentes de miedos, fobias, alegrías, esperanzas y desesperanzas
.
–Cuentas historias, pero no eres Ricardo Arjona...
–¡No! La canción es una pequeña obra de teatro. Las más de las veces se parece mucho a la vida, que es tragicómica. Sí me gusta narrar porque hay toda una tradición de la canción que cuenta historias: el tango, el corrido, lo popular.
Cacho hace una constante búsqueda en el lenguaje, para lograr un vehículo de comunicación lo más directo posible. En toda la literatura siempre tienes que rematar, como en el futbol, en el que hay que meter gol; puedes jugar muy bonito, pero si no haces gol, pues... En la canción lo más bonito es el remate, la redondez, la economía de palabras para no barroquear las cosas. Me apoyo mucho en tendencias, en el mismo lenguaje directo que tiene el tango, o lo que ha hecho Chico Buarque.
Los restos de Cacho serán cremados hoy.