Sé que van a una vida mejor, pero ¿no es la infancia el futuro de un país?: trabajadora social
Lunes 25 de enero de 2010, p. 26
Puerto Príncipe, 24 de enero. Al caer de la tarde, en pequeños grupos, llegan al sombreado predio del Liceo Francés de esta ciudad grupos de personas, cada una con dos bebés en brazos. En poco tiempo varios salones de la primaria se han convertido en una guardería donde los niños, extrañamente, no lloran. Sólo miran con asombro a los adultos que les colocan una pulsera plástica amarilla con sus datos. Pronto las dos maestras y los cuidadores que vienen con ellos se ven rebasados. Son ya 60 chamaquitos, casi todos alrededor de los dos años, aunque hay un par de niñas mayores, de cinco o seis años.
Cada uno lleva cosido a la camisa un papelito con su nombre y el de la familia que lo recibirá en adopción. Un contingente de bomberos franceses es llamado para reforzar el cuidado de los chicos. El rostro rudo de un hombretón se transforma cuando, al inclinarse para limpiarle los mocos a un crío, éste le echa los brazos al cuello y le dice: “je t’aime”.
Esta misma noche los niños abordarán un avión militar galo y empenderán un viaje que los alejará de esta isla. Quizá para siempre. “Me estruja el alma verlos partir –comenta una trabajadora social que hace el censo de los pequeños viajeros–. Sí, sé que van rumbo a una vida mejor. Pero la infancia se supone que sea el futuro de una nación, ¿no es cierto?”
Francia espera, en estos días, trasladar al menos 276 niños de las casas hogar de aquí a los brazos de sus nuevas familias. Holanda ya se llevó 123; Estados Unidos cada día traslada alrededor de 50, España y Suiza no se quedan atrás.
En las redes que se dedican a poner en contacto a personas deseosas de adoptar niños haitianos, en autoridades involucradas en el proceso y en la propia sociedad haitiana está abierto el debate. ¿La adopción masiva de menores que se está viendo hoy en día es la solución para proteger a la infancia del país?
El gobierno de Nicolas Sarkozy ha enviado a esta ciudad a seis funcionarios de su Ministerio de Relaciones Exteriores para agilizar la emisión de pasaportes y concluir, fast track, los procesos de adopción, que en ocasiones tardan hasta dos meses.