El gobierno mexicano analiza la posibilidad de otorgar visas humanitarias a haitianos que soliciten residir en territorio nacional, en atención a la tradición de asilo de México y en beneficio de los derechos humanos de los ciudadanos de una nación colapsada, informó la Secretaría de Gobernación, la cual ya inició el análisis respectivo, en coordinación con otras dependencias y organizaciones no gubernamentales vinculadas con el fenómeno migratorio.

En tanto, el ministro consejero haitiano, Pierre Moise Dorce, reveló varias que familias mexicanas se han dirigido a la embajada de su país con la intención de adoptar niños que quedaron huérfanos a consecuencia del reciente terremoto. Aclaró que para ello es necesario establecer claramente las condiciones de este procedimiento, en caso de que pueda llevarse a cabo.

Dorce fue entrevistado luego del acto donde una empresa refresquera de la región de América Latina donó a la Cruz Roja Mexicana un millón de dólares para apoyar los esfuerzos humanitarios en Haití.

Por otra parte, los casi 30 mil trabajadores del Poder Judicial de la Federación fueron convocados a aportar voluntariamente un día de su salario para destinarlo a los damnificados de la nación caribeña, recursos que se canalizán por medio de la Cruz Roja y que serán descontados –a quien acepte– del pago del próximo 8 de febrero.

El presidente de la Cruz Roja, Daniel Goñi Díaz, informó que hasta ayer se habían recolectado 2 mil 835 toneladas de ayuda en víveres y medicinas para ser enviadas a los damnificados por el terremoto; anunció que hoy a la medianoche se cerrarán los centros de acopio.

De acuerdo con fuentes oficiales, la Secretaría de Gobernación debe decidir en breve sobre el otorgamiento de las visas humanitarias y, en su caso, definir las características de la eventual recepción colectiva, en el contexto de un programa general en favor de los ciudadanos de esa nación caribeña.

Hasta el momento, México ha otorgado visas humanitarias a siete ciudadanos de Haití que acompañaron a mexicanos que decidieron regresar al país, informó Cecilia Romero, comisionada del Instituto Nacional de Migración (INM).

En términos generales –explicó–, el apoyo oficial prestado a los ciudadanos haitianos consiste en la suspensión de la repatriación de aquellos que eventualmente pudieran estar reclui- dos en las estaciones migratorias (por permanecer sin documentos en México); facilitar el ingreso de los familiares de mexicanos de origen haitiano y agilizar trámites o refrendos de permiso. Asimismo –dijo–, quedarán exentos de pagos por trámites migratorios y se autorizarán prórrogas a estudiantes de dicha nacionalidad, cuyo permiso de estancia legal en territorio nacional haya vencido.

Por su parte, el embajador de Haití en México, Robert Manuel, rechazó ayer que en su país haya ocupación o invasión militar de Estados Unidos, y reiteró la postura de su gobierno de que la presencia de tropas de ese país en la isla obedece a una petición hecha por el presidente René Préval a la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

Entrevistado durante una ceremonia en la que el gobierno de Tailandia entregó a Haití –vía México– ayuda por 100 mil dólares, Manuel consideró una irresponsabilidad y falta de respeto para su pueblo decir que hay una invasión o una ocupación militar. No hay tal, y la prueba es que yo estoy aquí como representante del presidente, no de los marines.

Por otra parte, ayer se realizó una misa en la Catedral Metropolitana –donde participó la comunidad haitiana–, en la que se oró por las víctimas y se agradeció la ayuda humunitaria de la comunidad internacional.

Ofició el haitiano Fide Joujoute Vilfranc, quien en la homilía confió en que a pesar de la magnitud de la destrucción en su país, habrá reconstrucción, porque cuando se actúa con fe y esperanza, las cosas salen bien.

Joujoute Vilfranc es uno de los dos curas de la nación caribeña presentes en la Arquidiócesis de México; es párroco del templo Padre Nuestro de Tepepan. En entrevista señaló que agradece a México el envió de víveres y de rescatistas, y sostuvo que la solidaridad de los mexicanos tiene como principal motición haber vivido una experiencia similar en 1985.