El presidente electo chileno, por una alianza regional con México, Lima, Bogotá y Panamá
Con ese escape hacia la derecha, democristianos y socialistas serán minoría en el futuro Congreso
Viernes 22 de enero de 2010, p. 22
Santiago, 21 de enero. La derecha chilena quebró hoy la deteriorada unidad de la alianza partidista de centroizquierda formada por los partidos Demócrata Cristiano y Socialista al lograr el control de la próxima legislatura en la Cámara de Diputados, que comienza este año y termina en 2014.
El viejo y cada vez más pequeño Partido Radical se unió con su puñado de diputados a los partidos que impulsaron la candidatura del empresario Sebastián Piñera, la Unión Demócrata Independiente y Renovación Nacional, así como el Partido Regionalista Independiente, que cuenta con dos ex democrtistianos, para detentar la presidencia de la Cámara baja.
En 1960, el centenario y oportunista Partido Radical hizo posible en el Parlamento chileno la formación de una coalición para darle apoyo legislativo al gobierno del empresario conservador Jorge Alessandri Rodríguez.
Con esto, los partidos de la Concertación por la Democracia quedaron como minoría en la Cámara baja, lo que ocasionó que varios parlamentarios, como el democristiano Gabriel Silber, tildaran de vendido
al actual jefe radical, Fernando Meza.
Piñera, dicen sus allegados, tiene ahora dos preocupaciones: sus negocios, en primer lugar, y el impulso al eje conservador latinoamericano de su gobierno con los de México, Colombia, Perú, Panamá y Honduras.
En el tema de los negocios, la aerolínea LAN es el asunto central, pero Piñera no habla sobre el tema. Lo delega a sus subordinados, como el presidente del directorio de Axxion –su empresa controladora– y su asesor Fernando Barros, quien reconoció ante la prensa que las ganancias del grupo no irán a un fideicomiso ciego, sino a inversiones que no toquen ningún área de conflicto con el presidente electo.
Para los analistas esto significa que el inversionista quiere tener disposición inmediata sobre fondos que pueden ir de los mil a los mil 500 millones de dólares, lo que le permitiría volver a los negocios al concluir los cuatro años en el palacio de La Moneda.
En política exterior, desde el lunes pasado Piñera envió señales de acercamiento al presidente peruano Alan García, pero sin olvidar sus intereses en LAN-Perú.
A eso se suman sus cordiales contactos con los mandatarios Felipe Calderón, de México, y Álvaro Uribe, de Colombia, lo que delinea una alianza conservadora regional, afín también a los gobiernos de Honduras y Panamá.