El plan pretende combatir los excesos corporativos y la toma de riesgo desmesurado
El Dow Jones pierde 2%; en la mira, el sector de inversión, uno de los causantes de la crisis
El mandatario responsabiliza al sector financiero de poner de rodillas la economía de EU
Viernes 22 de enero de 2010, p. 23
Washington, 21 de enero. El presidente Barack Obama anunció este jueves un plan para limitar el tamaño y las actividades de los bancos estadunidenses y de las empresas financieras, en un intento por combatir los excesos corporativos y la toma de riesgo desmesurado, que inmediatamente provocó una caída en Wall Street. La medida establece que los bancos no podrán ya contabilizar riesgos fuera de sus balances a partir del 15 de noviembre próximo.
La Casa Blanca apunta, sobre todo, al sector de la banca de inversión, que primero aportó enormes ganancias a entidades con negocios de alto riesgo, para después ser uno de los principales causantes de la crisis financiera.
Nunca más los contribuyentes estadunidenses serán rehenes de un banco que sea demasiado grande como para dar quiebra
, prometió Obama, junto al ex presidente de la Reserva Federal Paul Volcker, quien luchó por restaurar las reglas adoptadas durante la Gran Depresión, que separaban las operaciones de comercio bancario de las de inversión, dejadas luego de lado por años de desregulación financiera.
Aunque el sistema financiero es ahora mucho más sólido que hace un año, sigue operando exactamente bajo las mismas reglas que lo llevaron al borde del colapso
, dijo Obama.
No, a viejas prácticas
Mi decisión de reformar el sistema se ve fortalecida cuando veo un retorno a las viejas prácticas y a algunas de esas empresas oponerse a la reforma
, agregó el mandatario. El plan, que se suma a otras iniciativas en tal sentido de la Casa Blanca, debe obtener la aprobación del Congreso.
El plan efectivamente forzaría a las empresas financieras a elegir entre actividades inmobiliarias, negociación bursátil y en ocasiones riesgosos instrumentos financieros o actividades comerciales, como préstamos y depósitos.
La Bolsa de Nueva York reaccionó inmediatamente al anuncio, acentuando las pérdidas insinuadas desde la apertura de operaciones, con el Dow Jones llegando a perder más de 2 por ciento.
Obama presentó su plan junto a su vicepresidente Joe Biden, en presencia además de su equipo de consejeros económicos y de dos eminentes congresistas demócratas encargados de asuntos económicos, el senador Christopher Dodd, y el representante Barney Frank, en el último episodio hasta la fecha de su ofensiva contra los grandes bancos, a los que acusa de haber puesto de rodillas a la economía estadunidense con sus prácticas riesgosas.
El presidente ya había anunciado el 14 de enero un proyecto impositivo para medio centenar de grandes bancos, destinado a permitir la recuperación de los fondos públicos invertidos en el marco del plan de estabilización del sistema financiero.
Este impuesto sobre la responsabilidad de la crisis financiera
que debería aplicarse durante 10 años o por el tiempo que fuera necesario para rembolsar integralmente el dinero de los contribuyentes, debería producir unos 117 mil millones de dólares, suma que corresponde al monto máximo de las pérdidas evaluadas por el Departamento del Tesoro en el plan de rescate.
En diciembre Barack Obama criticó a los opulentos banqueros de Wall Street
y enfrenta el descontento de una mayoría de sus compatriotas sobre los resultados de su política económica, un año después de su entrada en funciones, factor que podría haber jugado un rol en la pérdida de la mayoría calificada de que gozaban los demócratas en el Senado, al perder el escaño que perteneció al fallecido senador Ted Kennedy, en una elección parcial en el estado de Massachusetts.