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Es una alternativa real, dicen unos; se requiere otro tipo de transporte, aducen otros

Divide opiniones entre expertos el tranvía del Centro Histórico

El incremento de 2 mil a 17 mil millones de pesos, el motivo principal de las divergencias

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El proyecto para reintroducir en el Centro Histórico el tranvía como medio de transporte público ha generado diversas opiniones entre especialistasFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Viernes 22 de enero de 2010, p. 32

El proyecto del tranvía de Pino Suárez a Buenavista ha generado posturas encontradas entre especialistas en transporte público. Unos consideran que es la alternativa real al automóvil particular y herramienta de un verdadero desarrollo sustentable. Otros opinan que los autobuses híbridos o una línea de Metrobús con vehículos cortos de alta tecnología podría ser la mejor solución, y mucho menos costosa.

El aumento de su costo en más de ocho veces, de 2 mil a 17 mil millones de pesos, al entregarse a la iniciativa privada el proyecto de construcción de 10.4 kilómetros de vía, donde se construirán 18 estaciones, su mantenimiento, operación y un subsidio para mantener una tarifa de cinco pesos durante los próximos 25 años, ha sido la principal causa para cuestionar la necesidad de contar con este sistema.

A ello se suma la destrucción de obras de mejoramiento realizadas en el Centro Histórico y el riesgo de dejar endeudadas a las siguientes administraciones, cuando otras posibilidades de transporte tienen los mismos impactos positivos en los ámbitos de ordenación urbana, desarrollo económico, medio ambiente y aceptación social, y no costaría tanto, como la línea 12 del Metro, dijeron especialistas del Centro de Transporte Sustentable y de la Fundación Hewlett.

Bernardo Navarro Benítez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, consideró que el tranvía es la mejor alternativa de transporte para el Centro Histórico, y de lujo, pues incrementaría la actividad comercial entre 18 y 30 por ciento; atraería inversiones privadas en la renovación de edificios, comercios y servicios, y aumentaría de 20 a 40 por ciento el valor de los inmuebles ubicados hasta 500 metros de su trazo.

Ello se traduciría también en un fenómeno de repoblamiento, la atracción de nuevas inversiones y creación de empleos, así como una reducción de 95 por ciento en las emisiones contaminantes generadas por 300 microbuses y autobuses que circulan a la largo de su recorrido, lo que lo convertiría en un medio de transporte pluriclasista, que permitiría el acceso a los usuarios sin importar si tienen alguna discapacidad, pues las unidades van a ras del suelo, por lo que no se alteraría el valor histórico de la zona, precisó.

Se trata de un tranvía distinto respecto de los enormes monstruos metálicos que circularon en los 70, dijo. Aclaró que su costo no es caro si se toman en cuenta los aspectos que abarca, las penalidades fijadas en las bases de licitación de hasta de 10 por ciento del techo establecido, el cual puede reducirse hasta 40 por ciento por la participación de varias empresas en el concurso.

Ninguna expropiación

Con él coincidió Rodelmar Ocampo, especialista en tranvías, al destacar que la colocación de un tercer riel en el piso no dañaría las obras realizadas por el gobierno capitalino, además de que no se prevé ninguna expropiación. Una parte del deportivo Cuauhtémoc fue negociada con anterioridad y acordó que donde se encuentran las canchas de futbol se colocará la subestación eléctrica del tranvía y arriba de ésta se construirá un área deportiva moderna, segura y de acceso controlado.

El investigador del Área de Estudios Urbanos de la UAM Azcapotzalco, Óscar Terrazas, consideró que si bien las afectaciones en la imagen urbana del Centro Histórico serían mínimas y su operación se podría justificar por un interés turístico, el tranvía como medio de transporte no es indispensable, pues existen múltiples alternativas para la movilidad de los capitalinos en el primer cuadro de la ciudad.

El urbanista del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Guillermo Boyle, expresó que el tranvía no es algo nuevo para la ciudad. Si el Centro Histórico sobrevivió con él desde el porfiriato, podrá abrigarlo de nueva cuenta, sin que sufra grandes afectaciones en su estructura física.

Adriana Lobo, directora del Centro de Transporte Sustentable, y Alejandro Villegas, oficial en México del Programa de Medio Ambiente The William and Flora Hewlett Foundation, consideraron que la introducción de autobuses híbridos o cortos con un esquema de Metrobús serían una excelente solución de transportación en el Centro Histórico, con un costo hasta siete veces menor con respecto al que tendrá el tranvía, y con un impacto social, económico y urbano similar.