El escaño de Kennedy
será utilizado contra la agenda política y social de Obama
el hombre más sexy de 1982, arrebata a demócratas la mayoría
mágicaen el Senado
Comprueban republicanos que funciona su estrategia de ser los mensajeros del hombre común
Jueves 21 de enero de 2010, p. 19
Nueva York, 20 de enero. El “Cosmo boy” ganó el escaño de Ted Kennedy en una derrota que sacudió al Partido Demócrata y sus líderes en el Congreso y la Casa Blanca.
Unas 24 horas después del triunfo del poco conocido republicano Scott Brown en uno de los ba
A corto plazo, el resultado implica la pérdida demócrata del control efectivo del Senado. Aunque mantienen la mayoría (el nuevo balance será de 59 demócratas y 41 republicanos), por las reglas particulares de la Cámara alta se requieren 60 votos –la llamada supermayoría
– para superar cualquier intento de bloquear un voto o un debate por la minoría. Al perder ese número mágico, los republicanos podrán descarrilar la aprobación de la reforma de salud y todas las iniciativas presentadas por el presidente o los demócratas. Por ello el resultado de ayer es un golpe particularmente severo contra Obama y su partido con consecuencias políticas duraderas.
Brown, como candidato, ya había prometido votar en contra de la reforma de salud, la iniciativa legislativa de mayor prioridad para el presidente Barack Obama (e irónicamente, del antiguo ocupante del escaño ganado por el republicano, el senador Edward Kennedy).
A largo plazo, ambos partidos analizan las implicaciones políticas del resultado. El simple hecho de que Obama y su partido enfrentaban esta situación en un estado que no ha tenido un senador republicano en 38 años es alarmante para ellos, ya que registra el creciente desencanto con los demócratas en control de la Casa Blanca y el Congreso y es un indicador de las posibles derrotas que podrían esperar en las elecciones legislativas nacionales programadas para noviembre de este año.
Para los republicanos no podría haber un mejor resultado, especialmente por el hecho simbólico de haber ganado el que hasta ayer se llamaba escaño de Kennedy
. A la vez, comprobaron que su estrategia de presentarse como mensajeros del hombre común
que enfrenta a un gobierno cada vez más activista
, lo cual eleva impuestos mientras que no soluciona la situación económica que está al fondo de la ira y frustración popular, funciona.
Brown era un senador estatal desconocido por quien hace sólo unas semanas nadie se atrevía a apostar, su contrincante demócrata, Martha Coakley, procuradora general de Massachusetts, gozaba de 30 puntos de ventaja en las encuestas, respaldada por la maquinaria política demócrata, y apoyada por la viuda de Kennedy. Pero al presentarse como un hombre del pueblo
que retaba a los políticos arrogantes en la cúpula (quienes consideraban como suyo ese escaño), y que buscaba detener la imposición de políticas por Washington, rápidamente logró montarse sobre la ola de frustración que se manifiesta a lo largo del país.
Esta elección y los factores que la afectaron brotan en un país que padece amnesia. Al parecer pocos recuerdan lo que ocurrió durante los últimos ocho años de George W. Bush: el estallido de la peor crisis desde la gran depresión, el inicio de una guerra con base en engaños, la legalización de la tortura, la violación de la Constitución y de las Convenciones de Ginebra, las estafas y los fraudes empresariales más grandes de la historia del país, la respuesta brutalmente fracasada tras el huracán Katrina, entre tantas cosas más. Asombra que a tan sólo un año del final de lo que casi universalmente se consideró la peor presidencia en la historia del país, votantes opten por otro republicano conservador que culpa a las políticas de Obama de las dificultades que atraviesa el país.
La elección en sí no fue un referendo sobre Obama, a pesar de que los republicanos desean presentarlo así. Pero sí es un registro de la ira popular contra toda la cúpula, sin importar el partido, y quien tenga el control –en este caso los demócratas– sufrirá las consecuencias. Sobre todo es un reproche a la manera que funciona –o más bien no funciona– Washington para resolver y responder a los problemas cotidianos de la gente común
.
Ahora el escaño de Kennedy será utilizado en contra de la agenda política y social de Obama, y eso implica que se tendrá que recalibrar el mensaje político del presidente y de su partido. Pero aún no se sabe si los estrategas que aconsejan un giro más progresista triunfarán, o si todo esto hará que busquen la salida más centrista
(léase derechista) que promueven los veteranos del gobierno de Clinton.
Pero puede ser que tal vez todos los expertos y políticos soslayan un factor que podría haber sido determinante en la contienda política: lo sexy
. Poco antes de la elección se reveló que Brown, el candidato republicano, fue nombrado el hombre mas sexy de 1982
por la revista Cosmopolitan. Su contrincante Coakley, hasta donde se sabe, no goza de un reconocimiento parecido. La revista subió a su sitio de Internet las fotos que publicó del entonces estudiante de 22 años… completamente desnudo. A las modelos y a las lectoras de Cosmopolitan se les llama Cosmo girls, y dentro de esa lógica se puede afirmar que ayer ganó el primer “Cosmo boy” en Washington (hasta donde se sabe).
Por lo menos así, sigue una tradición de la familia Kennedy en encontrarse en situaciones íntimas a veces escandalosas. Para ver, casi por completo, al nuevo senador de Estados Unidos: www.cosmopolitan.com/celebrity/exclusive/scott-brown-in-cosmo?click=cos_new