Cancún, QR, 17 de enero. El proceso electoral de julio de 2010 en Quintana Roo lo decidirán los linajes políticos, no los partidos, y ya se perfila otra batalla entre las familias Joaquín y González-Borge, que tienen intereses y aspirantes en los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD).

La primera de estas dos familias cozumeleñas tiene presencia en más partidos. Entre sus miembros destaca el senador priísta y ex gobernador Pedro Joaquín Coldwell, pero la cabeza del clan, quien ha recibido la deferencia de presidentes de la República y posee la primacía política, es el nonagenario empresario Nassim Joaquín Ybarra.

Esta familia busca que el tricolor postule a la gubernatura al diputado federal Carlos Joaquín González; por el PAN a su compañero de legislatura y sobrino, Gustavo Ortega Joaquín, y por la coalición PRD-Partido del Trabajo-Convergencia a Gregorio Sánchez Martínez, alcalde de Benito Juárez (municipio con cabecera en Cancún), quien proclamó en su primer informe a Nassim Joaquín como padrino político.

De hecho, el munícipe ya presentó su precandidatura y consideró 95 por ciento posible recibir la adhesión del PAN, donde también se perfila la ex senadora Addy Joaquín Coldwell para relevarlo en la alcaldía, tras perder la elección estatal en 2005 contra Félix González Canto y la postulación del PRI en 1999 ante Joaquín Hendricks.

Otras ramificaciones de la familia incluyen al diputado local Aurelio Joaquín (que despunta para la alcaldía cozumeleña); además del oficial mayor del ayuntamiento de Benito Juárez, Mario Joaquín Moguel, y los hijos de Pedro Joaquín Coldwell: Pedro y Nassim, que han ganado relevancia mediática, el primero como presidente de la Confederación Patronal de la República mexicana en Cozumel.

Sin embargo, el principal escollo para que la familia Joaquín regrese al poder es el gobernador Félix González Canto (cuyo tío Luis González Flores preside el Congreso local; su primo Juan Carlos González es alcalde de Cozumel, y su sobrino Víctor Vivas es magistrado electoral), pues el mandatario planea que lo suceda el diputado federal priísta Roberto Borge Angulo, sobrino del también cozumeleño ex gobernador Miguel Borge Martín (1987-1993).

Por el PRI también son precandidatos a la gubernatura Sara Latife Ruiz Chávez, secretaria de Turismo; Gabriel Mendicutti, titular de Desarrollo Rural e Indígena, y Eduardo Espinoza Abuxapqui, representante del gobierno estatal en la zona norte, pero todo apunta a otra disputa entre los Joaquín y los González-Borge.

En la elección federal de 2009, los priístas Borge Angulo y Carlos Joaquín se postularon por diferentes distritos de Cancún y ambos llegaron a la cámara baja, pero el primero obtuvo más de 35 mil votos de ventaja y además venció al panista Gustavo Ortega Joaquín, quien debió quedarse con una diputación federal plurinominal.

Otra contienda entre ambos clanes tuvo lugar en 2005, cuando Javier Zetina González, primo del actual gobernador, ganó a Ortega Joaquín la postulación del PRI por la alcaldía de Cozumel, pero este último luego consiguió la del PAN y el triunfo en las urnas.

Pero el grupo del patriarca Nassim recobró la plenitud gracias a la candidatura de Pedro Joaquín Coldwell al Senado en 2006, cuando el poderío del Frente Amplio Progresista hacía suponer que el ex gobernador sería derrotado, pero ganó por 143 mil votos y Quintana Roo fue uno de los pocos estados donde el PRI obtuvo escaños de mayoría en la cámara alta.

Estremecido por el resultado, el ex gobernador Mario Villanueva Madrid –preso por vínculos con el narcotráfico– llamó por teléfono al actual mandatario, González Canto, y le reprochó haber avalado el regreso de Pedro Joaquín. Según reveló él mismo a la revista Luces del Siglo, de Quintana Roo, dijo al mandatario: Cometiste un error porque te va a enfrentar, y hará todo lo posible para recuperar el poder.

El mismo peligro fue avistado por Felipe Amaro Santana, ex alcalde de Cancún, quien afirmó que Pedro Joaquín es por naturaleza un animal político que puede dar nivel a cualquier gobierno, pero también un arma de doble filo por su habilidad para el contragolpe.

El nuevo capítulo de la lucha de clanes en el PRI genera expectativas entre los bandos opositores, porque si el gobernador impone la candidatura de Roberto Borge para sucederlo, los Joaquín podrían apoyar a Gregorio Sánchez Martínez.

A juicio de Rafael Quintanar, líder estatal del PRD, la batalla entre ambas familias es perniciosa para la entidad, porque no es una cuestión de partidos ni de ideologías, sino una contienda de intereses económicos donde, sea quien sea el vencedor, ellos ganan.