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Los movimientos sociales del siglo XXI, de Ricardo Martínez

Compilan reflexiones de ideólogos sobre experiencias de poder popular en AL
 
Periódico La Jornada
Domingo 17 de enero de 2010, p. 4

Los movimientos sociales del siglo XXI. Diálogos sobre el poder hace un llamado a la acción social y a la construcción del poder popular, al registrar la historia reciente de los movimientos sociales autónomos, no sólo de México, sino también de Bolivia, Venezuela, Brasil y Ecuador, entre otros.

Así definieron la compilación los especialistas y activistas sociales Trino Alcides, Jacobo Silva, Héctor Mora, Antonio Martínez y la periodista Blanche Petrich, en el Club de Periodistas.

El libro reúne ensayos de activistas sociales y pensadores como Enrique Dussel, Noam Chomsky, Fernando Matamoros, Hugo Molina, Emile Joly, Guillermo Almeyra, Héctor Mora, Sergio Tischler y Ricardo Martínez, entre otros; fue puesto en circulación por la editorial El perro y la rana, del Ministerio del Poder Popular para la Cultura de Venezuela.

Distinguido con el Premio Municipal al Pensamiento Político Gustavo Machado 2009, el libro, consideró Jacobo Silva, “va más allá de la teorización acerca del ejercicio del poder del Estado en este siglo XXI, contribuye a pensar de forma nueva. Reflexiona en torno a diversos conceptos, como el de la transmodernidad, del cual se deduce que si no se transgrede ese edificio denominado modernidad, se van a repetir experiencias –como la soviética–, que hoy se sabe, han fracasado”.

Silva, quien ha sido perseguido, detenido, desaparecido y torturado, por su activismo social, consideró que los ensayos reunidos hablan de experiencias prácticas, no de teorías de gabinete.

Destacó algunas experiencias de movimientos sociales autónomos que forman parte del volumen, como el de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y el de la Policía Comunitaria, de Guerrero, importante ésta, porque le ha ido quitando espacios de poder al Estado.

Vías novedosas

Asimismo se refirió a las experiencias alternativas de toma de poder por medio del voto, es decir, mediante un movimiento de movimientos, concepto también que se maneja en el libro y que –puntualizó Silva– se debe estudiar, pues nos habla de vías diferentes a las tradicionalmente pensadas para construir el poder popular, y desde ahí fortalecer los movimientos sociales que generarán el cambio.

El libro es un esfuerzo por poner al alcance la historia reciente de los movimientos sociales autónomos, historia que, según Silva, “debemos vivir, porque este libro es una invitación a que hagamos algo, es un llamado a la acción, al combate. Habrá que leerlo también con esa visión, ya que los autores comprometidos extraen de la práctica lo que de teoría puede haber en ella.

“Este libro indica caminos de que –en este principio de siglo, que parece tan negro– sí es posible pelear, es posible cambiar. Aquí no se habla de promesas respecto de que las cosas van a cambiar en el futuro, sino de la práctica misma de lo que se puede lograr respecto de la autonomía y la autogestión. Todo luchador social, concluyó Silva, debería leerlo, porque cada quien encontrará algo que le servirá para su lucha.”

En su participación, la periodista Blanche Petrich destacó que la lectura del libro y la revisión del panorama latinoamericano resulta muy esperanzadora, saludable y alentadora, sobre todo por la forma en que permite a los mexicanos identificar escenarios cercanos.

Sin embargo, señaló Petrich, que si bien son experiencias aleccionadoras, como el movimiento de resistencia contra el gobierno de Oaxaca, para mí también resultan dolorosas.

Hablar de las experiencias de San Salvador Atenco, cuyos tres de sus dirigentes se encuentran hoy día en cárceles de máxima seguridad, o de la APPO y las barricadas, desde luego resultan aleccionadoras, pero al final de cuentas dolorosas por el resultado, por el alto número de asesinatos contra el pueblo que no se investigan.

De igual manera, Petrich recordó el caso, que no me invita al optimismo, del fraude electoral de 2006. Han sido aportaciones importantes, experiencias de lucha muy grande, sin embargo, en 2010, transcurridos tres años de las concentraciones históricas en el Zócalo y del megaplantón en Reforma, son para mí signo de desaliento; sin embargo, aclaró, digo de desaliento y no derrota. Digo desaliento, porque son movimientos que pese a las enormes dificultades están vivos, ejemplo de ello son los movimientos de resistencia en Oaxaca y Chiapas.

Los trabajos de Los movimientos sociales del siglo XXI. Diálogos sobre el poder, fueron compilados por Ricardo Martínez, quien adelantó que se está preparando el volumen Los movimientos sociales del siglo XXI. Diálogos sobre la militancia.