no de los cocteles de fin de año más animados fue el del Fideicomiso del Centro Histórico que preside Inti Muñoz, con quien brindamos hasta altas horas de la madrugada. A pesar de los recortes presupuestales, nos enteramos que esta instancia del gobierno capitalino tiene un ambicioso proyecto de rescate y restauración de varios recintos emblemáticos ubicados en el primer cuadro, considerado la zona de monumentos más grande de América Latina. Entre los inmuebles que serán intervenidos (casi todos en los rubros de reposición de pavimento, mantenimiento de áreas verdes, iluminación e instalación hidrosanitaria) durante el primer semestre de 2010 se cuentan los siguientes: Plaza de la Concepción Cuepopan (su origen se remonta al año 1540), Plaza Santa Catarina (construida en 1536), Jardín de la Plaza de Loreto (se inició su construcción en 1556 y cuenta con monumentos de gran valor como la fuente neoclásica que diseñó ahí Manuel Tolsá), calle peatonal de San Jerónimo, calle peatonal Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín, jardín de la Plaza de la Santísima (su antecedente fue una pequeña ermita erigida en 1526), calle peatonal San Ildefonso, Plaza San José Baz (mejor conocida como de la Aguilita), Alameda Central, Portal de Santo Domingo, la plaza del mismo nombre y la calle peatonal Motolinia.

TTcaps: La mejor tienda de grafiti en el Centro Histórico

La gran diversidad de experiencias urbanas que se viven en el Centro Histórico se vio reflejada durante el mes pasado con una afluencia multitudinaria que, de acuerdo a los expertos, superó en número per cápita de visitantes a la populosa ciudad de Bombay (toda proporción guardada), con cifras de más de dos millones de personas diarias. Los monumentos históricos conviven con artificiales pistas de hielo, mimos ambulantes y, desde luego, las más tradicionales cantinas (por cierto que ya abrieron la tercera sucursal del legendario Salón Corona). También, en la calle de Isabel la Católica, se encuentra la tienda TTCaps, de Tomás Braum, recinto especializado en la cultura del hip hop y, en particular, de todo lo necesario para la realización de grafitis; sin duda la expresión urbana juvenil más popular. Además, aquí se planean y se editan las más exitosas publicaciones grafiteras: Rayarte y Blackbook, esta última dedicada exclusivamente a publicar bocetos de muy jóvenes aspirantes a plasmar sus diseños en las grises paredes de la ciudad.

Tesis: la estética punk, arte en resistencia

También durante estos días del maratón Guadalupe-Reyes nos visitó la joven historiadora María Josefa Ortega Erreguerena para obsequiarnos su tesis intitulada Movimiento punk; aportaciones y transformaciones estéticas de un arte en resistencia en el Reino Unido de los años setenta y su traslación al México contemporáneo, ardua investigación con la que acreditó su maestría en Historia del Arte (Universidad Autónoma del Estado de Morelos). Los antecedentes de este trabajo van de las vanguardias al situacionismo y la estética anarquista, sin faltar definiciones contraculturales, para plantearnos un panorama de lo que podría ser la estética punk. Será muy buena idea convertir este trabajo en un libro de divulgación pública.

Dos nuevos títulos de la editorial Moho

Ya circula el libro de relatos Un hombrecillo en mi cabeza del escritor Jesús Pacheco, con el cual inició una nueva época de la emblemática editorial underground Moho, que comandan Guillermo Fadanelli y Yolanda Martínez. Sabemos que están por aparecer dos títulos más de los jóvenes, pero precoces escritores Rodrigo Márquez Tizano, autor de Todas las argentionas de mi calle, y Kyzza Terrazas, que debuta en esta editorial con Cumbia y desaparecer. Se augura un gran reventón de presentación durante el mes de febrero. Aprovechamos para mencionar que en la entrega pasada de Salón Palacio no acreditamos la autoría de Fadanelli en una cita referente al mezcal Pierde Almas y su slogan: Otra vez esa maldita felicidad. Feliz año.

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