El alza de impuestos y tarifas sólo tendrá un efecto temporal en los precios, afirma
Bancos centrales no contrarrestan impactos directos por modificaciones tributarias: BdeM
Señala Moody’s que el ex titular de Hacienda aplicará una política con enfoque monetarista
Sábado 16 de enero de 2010, p. 21
El Banco de México advirtió este viernes sobre el riesgo de que la inflación aumente este año más de lo previsto si las empresas trasladan al precio final de los bienes y servicios que ofrecen al consumidor el costo del alza en impuestos federales, energéticos y tarifas de servicios públicos que entró en vigor este año.
Después de la primer reunión de política monetaria encabezada por el nuevo gobernador Agustín Carstens –quien como secretario de Hacienda hasta diciembre pasado fue el promotor del alza de impuestos– el banco central dijo que para 2010 se espera un incremento en la inflación como consecuencia del alza en las tasas impositivas y en precios de energéticos, aunque aseguró que este efecto será temporal, disipándose a lo largo de 2011
.
Propuesto por Carstens como secretario de Hacienda y aprobados por el PAN y el PRI en el Congreso, a partir de este mes aumentó la carga fiscal para los contribuyentes cautivos, tanto empresas como personas. Además, subieron los impuestos a bebidas alcohólicas, a los depósitos bancarios en efectivo y a los servicios de telecomunicaciones. También hubo incrementos en los precios de la gasolina, diesel, electricidad y gas, decididos mientras el actual gobernador del banco central era titular de Hacienda. A nivel estatal, subieron precios de transporte público, impuesto predial y agua.
Como los impactos directos sobre la inflación de modificaciones tributarias así como de correcciones a los precios y tarifas públicos son típicamente transitorios, los bancos centrales usualmente no los contrarrestan
, según el comunicado emitido ayer por el banco central después de la reunión de política monetaria en la que decidió mantener sin variación en 4.5 por ciento anual su tasa de interés de referencia.
Sin embargo, existe el riesgo de que se presenten efectos de segundo orden
sobre la inflación si las empresas trasladan sus mayores costos a los precios de bienes y servicios que ofrecen al público, añadió el comunicado. Esos efectos de segundo orden
, una manera complicada del banco central para referirse al incremento de precios de los bienes y productos que consumen cotidianamente empresas y personas, podrían llegar a poner en riesgo el objetivo de estabilidad de precios
, aseguró.
Para este año, el objetivo de inflación del Banco de México es oficialmente de 3 por ciento, aunque en su última estimación el propio banco central calculó que será de entre 4.75 y 5.25 por ciento, a causa del alza de impuestos y en el precio de bienes y servicios públicos.
Como era de esperarse, la política monetaria no reaccionó prematuramente al potencial rebote inflacionario que se espera para principios de año derivado del programa fiscal
, comentó ayer Alfredo Coutiño, director para América Latina de moodyseconomy.com, una empresa del mismo grupo al que pertenece la calificadora Moody’s. “La llegada del nuevo gobernador ciertamente significa que la política monetaria será conducida de acuerdo al enfoque monetarista sobre las raíces de la inflación”, añadió.
A pesar de que la recuperación económica de México avanza lentamente y a un ritmo mucho menor al potencial, se espera que la inflación repunte este año por efecto de los nuevos impuestos y el aumento de precios y tarifas públicas decretadas por el gobierno, consideró Coutiño.
No obstante, dijo, la política monetaria bajo el mandato de Carstens parece estar recuperando su verdadera naturaleza monetarista
, en el sentido de sólo responder a la inflación cuando sus raíces se encuentren en la expansión de dinero. Así, añadió, dado que el repunte inflacionario de este año no tiene raíces monetarias, sino fiscales, entonces no hay razones para subir la tasa de interés.