En caso de no alcanzar un incremento salarial que permita recuperar parte del poder adquisitivo perdido por la inflación y la crisis económica, no descartamos iniciar movilizaciones para exigir un ingreso digno, advirtió Enrique Levet Gorozpe, secretario general de la Confederación Nacional de Trabajadores Universitario (Contu).

Indicó que del primero al 15 de febrero próximo vence la mayoría de emplazamientos de los gremios universitarios, como parte de sus revisiones salariales y contractuales para este año. La demanda es de un aumento directo que va de 15 a 20 por ciento, como parte de las acciones frente a la carestía.

En el sector universitario, agregó, esperamos que exista sensibilidad de la parte patronal para impulsar una recuperación urgente del poder adquisitivo de empleados académicos y administrativos, pues estos últimos son los más castigados, con salarios que no superan, en el mejor de los casos, 10 mil pesos mensuales.

Destacó que los 47 gremios afiliados a la Contu buscarán consolidar una estrategia común que garantice mejores condiciones salariales para miles de trabajadores universitarios que han resentido un acelerado deterioro de sus ingresos.

Enfatizó que hay preocupación en el sector ante los efectos de la inflación y la baja en el poder adquisitivo, pues cada vez son menos los bienes y servicios al alcance de los trabajadores universitarios, lo cual los lleva a un círculo vicioso en el que hacen como que trabajan porque (las autoridades) hacen como que les pagan, pues reciben salarios paupérrimos, en particular el sector administrativo, que realiza una labor importante en las universidades públicas del país.

Aunque los académicos perciben mejores ingresos, en la mayoría de los casos no superan 25 mil pesos mensuales, y sólo una pequeña elite universitaria, ligada a las administraciones en turno, alcanza salarios superiores a 50 mil pesos, lo que genera una enorme disparidad en el ingreso, incluso entre el sector docente.

A un escenario de creciente deterioro salarial, explicó, se suma que las prestaciones incluidas en los contratos colectivos de trabajo prácticamente están congeladas, pues llevan años sin incrementos sustanciales, y ya sabemos que por ahí no se avanza, salvo en casos extraordinarios donde se reconoce el esfuerzo de los trabajadores administrativos por impulsar la calidad en las universidades públicas, en el marco de sus funciones, pero son excepciones a la regla.