Tres muertos –dos policías municipales y un civil–, cuatro heridos –dos comandantes locales y dos agentes federales–, cuatro presuntos sicarios detenidos y cuatro vehículos dañados dejó ayer un enfrentamiento y persecución en Coacalco y Tultitlán, estado de México, durante los cuales los presuntos delincuentes hicieron estallar dos granadas y tomaron en rehenes a dos civiles.

El subprocurador de Justicia mexiquense, Alfredo Castillo, informó que alrededor de las 11:15 de la mañana, sobre la vía López Portillo, un grupo armado atacó con más de 20 impactos de rifle AR-15 la patrulla municipal TM76 de Coacalco, en la que se trasladaban el oficial Miguel Ángel Mayén Hernández y el civil Clemente Márquez.

Casi instantáneamente falleció Clemente Márquez, quien iba en la patrulla porque era conducido a un corralón, debido a que minutos antes, en estado de ebriedad, había impactado su vehículo contra una combi de pasajeros. El uniformado pereció cuando era trasladado a la clínica 98 del Seguro Social.

Luego del ataque, los agresores emprendieron la huida. Para ello utilizaron una de las dos camionetas en las que se desplazaban para abrirse paso, ya que contaba con una sirena y con códigos policiacos.

En ese momento comenzó una persecución que se prolongó al municipio vecino de Tultitlán, en la que participaron decenas de policías estatales y municipales de esa localidad y Tlalnepantla, informó Urbano Rubí Valdés, subdirector operativo de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE) en la región.

Luego de recorrer cinco kilómetros de la vía López Portillo, en el cruce con el bulevar Benito Juárez, los sicarios se encontraron con un retén de policías federales, estatales y municipales.

Los hampones descendieron de las camionetas y dos de ellos se refugiaron en el restaurante de pescados y mariscos El Delfín 1, donde coincidentemente un grupo de agentes federales se disponía a realizar un operativo al parecer de búsqueda de droga.

Desde el interior del restaurante los gatilleros abrieron fuego contra los uniformados y mataron a Raúl Hernández Contreras, policía de Tultitlán, además de que lanzaron dos granadas.

Uno de los presuntos sicarios aprovechó la confusión por el estallido de los artefactos para tomar en rehenes a dos comensales, salir del restaurante y abordar la patrulla en la que había llegado Hernández Contreras.

Junto con otro de sus cómplices emprendió la huida, y en el trayecto liberaron a los rehenes. Minutos después, en las inmediaciones de la sierra de Guadalupe fueron detenidos los presuntos sicarios Ricardo Solórzano Bárcenas y Joel Antonio Suástegui.

En el restaurante fue aprehendido Francisco Javier Carmona Sánchez, quien confesó que en el municipio de Ecatepec tenían casas de seguridad y condujo a los agentes federales a una de ellas, donde fue detenido Gabriel Julio Rangel.

Durante la refriega en El Delfín 1, elementos del Ejército se sumaron al operativo y acordonaron la zona. En el tiroteo resultaron heridos los comandantes de la ASE Rogelio Sotelo Hernández y Miguel Arreola Bringas, reportó Rubí Valdez.

Por separado, el subprocurador Alfredo Castillo informó que resultaron heridos los agentes federales Rosendo Salvador Reséndiz y María de la Luz Navarro Nieves.

Al menos cuatro vehículos resultaron con los vidrios rotos y la carrocería dañada. En una de las camionetas en la que viajaban los gatilleros se encontró un rifle AR-15 y otro más en el restaurante.

36 ejecuciones en siete estados

Al menos 36 personas murieron ayer en ataques de integrantes del crimen organizado y enfrentamientos entre éstos y policías, en Chihuahua (17); Baja California, siete; Sonora y Sinaloa, cuatro; Durango, dos, y Michoacán y Guerrero con uno.

Entre los muertos están Alejandro Estrada Duarte y Ricardo Román García, agentes de la Central de Inteligencia Policial de la Secretaría de Seguridad Pública de Chihuahua, y un empleado del periódico El Diario de Juárez.

Javier Salinas, Silvia Chávez, Miroslava Breach, Rubén Villalpando, Antonio Heras, Ulises Gutiérrez, Javier Valdez, Misael Habana, Ernesto Martínez y la corresponsalía en Durango