Madrid, 8 de enero. El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó hoy que el tema de Cuba no creará ninguna controversia en el seno de la Unión Europea (UE) en los próximos seis meses, al asumir hoy la presidencia semestral del organismo, desde donde pretende impulsar un cuestionado plan de recuperación económica para Europa.

Rodríguez Zapatero dijo que la relación de España con Cuba seguirá siendo importante, aunque se puede entender que para el conjunto de la UE no sea prioridad.

Cuba no fue tema en la agenda durante la reunión que Rodríguez Zapatero tuvo con José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea (el órgano ejecutivo de la UE), y Herman Van Rompuy, quien por vez primera ocupa el puesto de presidente permanente de la UE, instituido en el Tratado de Lisboa, que introdujo reformas para el funcionamiento del organismo continental, a partir del primero de enero.

En el Palacio de la Moncloa, sede del gobierno español, Rodríguez Zapatero dijo que a pesar de que las relaciones con la isla no figuraron en su primer encuentro de trabajo con Barroso y Rompuy, su gobierno sostiene que es necesario ser exigentes con Cuba, pero siempre tener una puerta abierta al diálogo.

El ministro de Relaciones Exteriores de España, Miguel Ángel Moratinos, sugirió en noviembre pasado remplazar la política europea hacia Cuba, formulada desde los años 90 por el entonces presidente del gobierno español, el derechista José María Aznar, que periódicamente llama a la administración cubana a introducir un plan de democratización. Desde que llegó al poder, en 2004, el gobierno socialista ha desarrollado una política de acercamiento a La Habana, a pesar de ocasionales altibajos.

Moratinos planteó el 28 de noviembre, en una reunión con el canciller cubano Bruno Rodríguez, cambiar la política de la UE hacia Cuba, siempre que haya consenso entre los 27. Países del antiguo bloque socialista y de la región norte del continente, notablemente encabezados por la República Checa, rechazan reformular la política fijada en los años 90.

Sobre los planes para acelerar el ritmo de crecimiento económico de la UE, que obligaría a cada país miembro a señalar objetivos para 2020 y sancionar su incumplimiento, Rodríguez Zapatero minimizó las críticas vertidas en los editoriales de varias publicaciones del continente, especialmente The Economist y Financial Times de Gran Bretaña, que pusieron en duda la capacidad del gobernante español para guiar la recuperación continental.