En su primera aparición pública como gobernador del Banco de México, el ex secretario de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens Carstens, descartó una elevación de las tasas de interés como medida para atenuar el efecto inflacionario provocado por las alzas de impuestos y el incremento en los precios de los combustibles.

Si el banco central tuviera que contrarrestar inmediatamente esas presiones, pues sí se generaría un ambiente más difícil para el crecimiento económico, apuntó, pero esto no es así porque el impacto del paquete fiscal en los precios es directo, sus efectos se desvanecen rápidamente y no modifican la dinámica inflacionaria.

Durante su participación en el seminario de Perspectivas económicas 2010 Reactivación económica, organizado por ex alumnos del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Carstens precisó, sin embargo, que lo que el Banco de México hará será vigilar cómo va respondiendo la inflación esperada y la inflación, obviamente, observada. Si el impacto es directo y se desvanece no habría un ajuste en tasas, afirmó.

Niega riesgo de autonomía del BdeM

Pero si se está afectando de manera notoria la dinámica de inflación, que ponga en peligro la convergencia de la inflación al objetivo de mediano plazo, pues el Banco de México sí tendría que hacer algún ajuste, explicó.

El ex secretario de Hacienda negó enfáticamente que su cercanía con el presidente Felipe Calderón pudiera representar un riesgo para la autonomía del Banco de México, donde inició sus funciones a partir del primer día de 2010.

Primero, yo me atrevería a decir que el presidente Calderón es un creyente ferviente de la autonomía del banco, y que por lo mismo esa es una garantía en sí misma. Segundo, yo soy uno de los cinco miembros de la Junta de Gobierno, al momento de votar las medidas de política monetaria mi voto cuenta lo mismo que el de cada uno de los otros cuatro miembros.

Respecto a la probabilidad de que el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos inicie una elevación en sus tasas de interés, Agustín Carstens expresó que por ahora es difícil pronosticar cuándo realizará ajustes a su política el banco central de aquel país. Lejos de las afirmaciones tajantes apuntó que hay consenso en los mercados de que posiblemente ésto no sucederá por lo menos durante los primeros seis meses de este año, para luego acotar: realmente no hay ninguna seguridad de que éste vaya a ser el caso.

Carstens consideró inecesario incluir, como mandato expreso del Banco de México, la promoción del crecimiento, a la par del que actualmente tiene de contribuir a estabilizar los precios con la aplicación de políticas monetarias.

Especificó al respecto: es obvio que la inflación baja y controlada, digamos la estabilidad de precios, establece el ambiente más propicio para el crecimiento económico, la creación de empleo y el abatimiento de la pobreza. De hecho no hay nada que contribuya más a generar pobreza que una inflación alta, y eso también está documentado en el caso de México, y es porque la inflación es el impuesto más regresivo que existe.

Continuará desempleo

Agustín Carstens anfatizó que la disposición única que tiene hoy el Banco de México, de mantener baja la inflación, no es un mandato anticrecimiento económico. Y en ese sentido comentó que ante una pregunta similar, el gobernador del Federal Reserve Bank, Ben Bernanke, respondió que la mejor manera de cumplir con los órdenes a que está obligado el banco central de Estados Unidos, inflación y crecimiento económico, es consumar el primero para que se cumpla el segundo.

Por su parte, el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), José Ángel Gurría Treviño, advirtió que el desempleo se mantendrá elevado en México y el resto del mundo en 2010 y 2011, aun cuando logre consolidarse la recuperación posterior a la crisis.

A su vez, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Ernesto Cordero, exhortó a los actores políticos del país a asumir los costos de llevar a cabo las reformas fiscal, laboral y energética que impulsa el Ejecutivo federal, y a no conformarse con parches y cambios a medias.

Aún hay asegunes

Este año, advirtió, hay que hacer las reformas necesarias, no las que nos alcancen los acuerdos políticos. Dijo que en este año se ve mejor que el anterior, pero aún hay asegunes que pueden obstaculizar la recuperación.

Estimó que el impacto por el alza de impuestos y combustibles en la inflación de 2010 será de sólo un punto porcentual. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) prevé inflación de 4.75 por ciento este año.

Presentó una tabla sobre expectativas para 2010 de los analistas del sector privado, el Banco de México y la Secretaría de Hacienda. En materia de crecimiento los analistas estiman una expansión del producto interno bruto (PIB) de 3.12 por ciento; el banco central la ubica, de 2.5 a 3.5 por ciento y Hacienda, 3 por ciento.

Según el sector privado en 2010 se crearán 280 mil empleos formales; el Banco de México proyecta entre 300 mil y 400 mil plazas; mientras la SHCP, 380 mil. Inflación de 5 por ciento, según los consultores del sector privado; de entre 4.75 y 5.25 por ciento de acuerdo con el Banco Central y de 4.75 por parte del gobierno federal.

Ernesto Cordero dijo que el Ejecutivo federal prevé impulsar la reforma política –que incluye, entre otras propuestas, la relección de legisladores, reducción en el número de diputados y senadores–, pues ésta implica una mejora significativa en el marco institucional.

Otras de las reformas son el fortalecimiento de la Comisión Federal de Competencia, que permitiría una mayor presencia de la banda ancha en telecomunicaciones, así como la licitación de frecuencias adicionales de radioespectro y de la fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad y la licitación de nuevos contratos de Petróleos Mexicanos.

Entre los factores de recuperación, iniciada durante el segundo semestre del año pasado, el secretario de Hacienda mencionó el repunte de la industria de manufacturas de Estados Unidos. Así, postuló: lo que pase en Estados Unidos ocurrirá en México. Afirmó que el sistema bancario es sano y fuerte con un nivel de capitalización de 16 por ciento y aseguró que hay condiciones para detonar el crédito privado.