Miércoles 6 de enero de 2010, p. 18
Pekín. Teléfonos copiados, ropas de marca falsas o películas pirateadas –como Avatar, la superproducción estadunidense que apenas estrenada ya está en venta en dvd por menos de un dólar– abundan en China, pese a los esfuerzos del gobierno por frenar ese comercio ilegal que mueve miles de millones de dólares y enfurece a los países occidentales. Con frecuencia las autoridades realizan espectaculares campañas de represión, ampliamente publicitadas, tendientes a apaciguar a los países industrializados, cuyas empresas son las más afectadas. Proteccionismos locales y corrupción son los principales problemas
, explicó Daniel Chow, de la Universidad de Derecho de Ohio, Estados Unidos. El gobierno central es probablemente sincero, pero los gobiernos locales tienen intereses directos e indirectos en la falsificación y la piratería industrial
, destacó.