El PRD en la Cámara de Diputados evaluó que las condiciones de hambre, miseria y enfermedades en Chiapas que generaron hace 16 años la aparición pública del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) aún prevalecen en esa entidad, ante la falta de respuesta a las demandas de los indígenas.

En entrevista, Domingo Rodríguez Martell, integrante de la Comisión de Asuntos Indígenas, señaló que poco se ha avanzado en el diálogo entre las autoridades del gobierno federal y los grupos indígenas de aquella región, por lo que es necesario comprometer a la Federación a cumplir con los acuerdos de San Andrés Larráinzar.

Consideró que si bien se lograron algunos avances en el desarrollo de las comunidades, persisten los signos ominosos en aquella región del sureste mexicano que provocaron el alzamiento.

Rodríguez Martell, fundador de la radiodifusora indígena XANT, La voz de las huastecas, evaluó que los pueblos chiapanecos aún consideran el neoliberalismo como su principal enemigo, que atenta no sólo contra sus usos y costumbres, sino también contra la naturaleza, que es su hábitat, la cual es destruida. Y siguen siendo objeto de explotación y discriminación.

El legislador perredista planteó que la indiferencia a las necesidades de los pueblos de Chiapas sólo podrá ser sacudida con un nuevo levantamiento, que podría ser de cualquier índole, no necesariamente armado, para recordar que tenemos un compromiso incumplido en aquella región y en otras muchas partes del país.

Sostuvo que desde el Congreso de la Unión, la reintegrada Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) está obligada a impulsar la apertura de espacios de diálogo con los gobiernos federal y estatal como forma de expresión, pero también a obligarlos a cumplir sus compromisos con los pueblos indígenas.

Sus planteamientos no sólo deben ser escuchados, sino atendidos y encontrar la justa respuesta dentro del marco de una amplia reforma democrática que seguimos exigiendo. No podemos ni debemos quedarnos nada más en la parte mediática y presentar supuestos logros que sólo son para la foto, reprochó.

Aseguró que, por ejemplo, es necesario revisar y fortalecer la Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna en Chipas, además de hacer un balance de la situación de silencio entre el EZLN y el gobierno federal. El estatus de los zapatistas, dijo, es el de una organización sólida y unida, que aún preserva un enorme respaldo de organizaciones sociales, no sólo en el país, sino del mundo entero.