Teherán, 1° de enero. El líder de la oposición iraní, Mirhosein Musavi, afirmó hoy que estaba preparado para morir por su campaña reformista, tras la disputada elección en junio, en un abierto desafío a la demanda de algunos líderes religiosos y políticos del país para que se le ejecute conforme lo prevé la legislación islámica.

No tengo miedo de ser uno de los mártires que perdieron sus vidas en la lucha por sus justas demandas desde la votación, dijo Musavi en su sitio de Internet, cinco días después de que su sobrino y otros siete manifestantes reformistas fueron asesinados durante una marcha. Palabras tan duras crearán un levantamiento interno. Mi sangre no es más roja que la de otros mártires, dijo.

Musavi, quien afirma que la votación en las elecciones presidenciales de junio en las que perdió frente a Mahmud Ahmadinejad estaba arreglada, dijo en un comunicado que la república islámica estaba en una grave crisis y sostuvo que arrestar o matar a Musavi o a (su compañero de la oposición Mehdi) Karoubi, no calmará al país.

Rechazó además afirmaciones de altos funcionarios gubernamentales en el sentido de que sus acciones en las elecciones y las protestas electorales se han realizado en colusión con Occidente.

Los comentarios fueron un nuevo desafío a las autoridades, que han intensificado las medidas contra el movimiento reformista desde el domingo, cuando ocho personas –entre ellas el sobrino de Musavi– murieron en protestas la semana pasada.

Enemigos de Dios

Dirigentes de línea dura han acusado a líderes de la oposición de provocar desórdenes y los han calificado con el término mohareb, que significa enemigo de Dios y que de acuerdo con la legislación islámica se castiga con la pena de muerte.

Al desatarse el conflicto poselectortal, la mayor autoridad del país, el ayatola Ali Jamenei, dijo que la votación de junio fue la más transparente en tres décadas.

Según Musavi, las protestas recientes no han sido convocadas por él o por Karoubi y a pesar de ello las personas siguen saliendo a la calle.

Para eludir la prohibición de actos ilegales, los simpatizantes de Mirhosein Musavi han utilizado las celebraciones religiosas de los musulmanes y los días oficiales de conmemoración como cobertura para sus reuniones callejeras.