El PRI en la Cámara de Diputados anticipó que en 2010 impulsará una reforma política que pase por la revisión de los tres poderes de la Unión, no sólo del Legislativo, como propuso el presidente Felipe Calderón en la iniciativa enviada al Senado, en la que plantea la relección de legisladores y alcaldes, así como la reducción en el número de diputados.

Es muy simpático el Presidente al presentar sólo iniciativas que se refieren al Poder Legislativo, el cual, afortunadamente, por su parte tiene proyectos de cambios al Ejecutivo, señaló el vicecoordinador de la fracción parlamentaria del PRI en San Lázaro, Jorge Carlos Ramírez Marín.

En entrevista, dijo que además de la necesaria reforma al Congreso de la Unión, es importante revisar la relación entre delegaciones y gobiernos estatales, entre las funciones del poder central con las de las entidades y simplificar muchas cosas para dar más fuerza a las administraciones locales.

Argumentó que la propuesta de Calderón de reducir el número de diputados no es una reforma política ni resolverá los problemas estructurales del Congre- so ni la relación del Ejecutivo con los legisladores.

Pensar que con disminuir en 100 el número diputados vamos a cambiar la realidad del país, eso sí es cortedad de miras. Esa iniciativa presidencial desmuestra que no hay voluntad de revisar, en conjunto, el gobierno nacional. Desde el PRI, que en la campaña planteó la necesidad de restructurar el Poder Legislativo, vamos a ir más allá. Hay que revisar los tres poderes, y lo vamos a hacer, aseguró.

Respecto del rechazo en San Lázaro a que el gobierno federal avance en el desarrollo de la cédula de identidad ciudadana, Ramírez Marín consideró que aun cuando la Secretaría de Gobernación continúe con el proceso de licitación, no es definitivo que pueda concretar el proyecto.

Todavía hay cosas por escribir en esto de la cédula. El PRI continuará con su parte en el Congreso, con los instrumentos que nos da la ley para vigilar muy de cerca ese proceso, señaló.

Asimismo, el legislador priísta confió en que el próximo año la Cámara de Diputados pueda aprobar una reforma fiscal que permita dotar, con mucha anticipación, de certidumbre a los contribuyentes y al gobierno, simplificar los trámites y evitar que continuemos arrastrando con lastres en materia hacendaria, tanto en lo que ingresa como en lo que se gasta.