Los incrementos en el precio de la gasolina y otros productos de la canasta básica son resultado de una política fiscal deficiente y llena de parches, aseguraron investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Se busca elevar la captación de ingresos, afirmaron, en una administración federal que está lejos de comprender que lo prioritario no es el control de la inflación, sino frenar el creciente desempleo, que afecta a millones de mexicanos.

Economistas y especialistas en pobreza explicaron que el gobierno de Felipe Calderón tiene una actitud cínica y esquizofrénica cuando afirma que apoya a las familias más desfavorecidas, y al mismo tiempo incrementa la gasolina y favorece aumentos en alimentos básicos, como la tortilla.

El catedrático del departamento de producción económica de la UAM-Xochimilco Etelberto Ortiz Cruz, especialista en crecimiento económico y política monetaria, afirmó que elevar el precio de la gasolina tiene un claro efecto en el costo de artículos de primera necesidad, como los alimentos.

Es el viejo esquema de aumento salarial seguido de alza en los precios, que es un modelo cínico y ciego, pues en buena medida es resultado de las evidentes dificultades que presenta el programa fiscal calderonista.

Agregó que en materia de política económica el principal problema que enfrenta el país no es la inflación, sino el estancamiento productivo y el desempleo. La escalada de precios, pese a que golpea directamente el ingreso de las familias, no debe ser nuestra principal preocupación.

Insistió en criticar que se estimule una política errónea de restricción de la inflación, la cual conlleva baja inversión y escasa generación de empleos.

Alertó que el gobierno federal está jugando un juego cínico si le dice al país que nuestro peor problema es la inflación y no el desempleo, que mantiene en la pobreza a millones de mexicanos.

Agustín Porras Macías, profesor-investigador de la UAM-Xochimilco, experto en desigualdad económica y distribución del ingreso, señaló que cualquier incremento en los productos de la canasta básica golpea más a quienes menos tienen.

Resulta alarmante que la actual administración afirme estar comprometida en el combate a la pobreza, pero no actúa cuando se encarece la tortilla y otros productos fundamentales en la dieta de millones de mexicanos en condiciones de alta marginación, expuso.

Dejar al mercado y la especulación el precio de un alimento básico no sólo es un acto de cinismo, sino una retórica hipócrita que no asume que millones de mexicanos no tienen qué comer, y lo poco que está a su alcance se incrementa de un día a otro, sin mayor control del Estado.