Washington, 30 de diciembre. Estados Unidos estudia atacar posiciones de Al Qaeda en Yemen en represalia por el fallido intento de un nigeriano de hacer estallar un avión estadunidense en Navidad, por lo que busca expandir la cooperación militar y de inteligencia con el gobierno yemení.

Las fuerzas de operaciones especiales estadunidenses y las agencias de inteligencia, y sus pares yemeníes, trabajan para identificar blancos potenciales de Al Qaeda en Yemen, red que se responsabilizó del frustrado atentado del vuelo Amsterdam-Detroit, afirmó una fuente estadunidense a la cadena de televisión CNN.

Un oficial de seguridad yemení declaró que Saná quiere recibir más apoyo de inteligencia de Washington, pero subrayó que cualquier acción militar compete exclusivamente a las fuerzas yemeníes. Instamos a Estados Unidos a fortalecer la cooperación en inteligencia. Pero las operaciones son responsabilidad de los yemeníes, declaró.

Los funcionarios estadunidenses citados por la televisora, de los ramos de defensa y antiterrorismo, confirmaron que Yemen no ha dado consentimiento para ninguna operación terrestre estadunidense. Aunque aclararon que la investigación de objetivos ya se llevaba a cabo desde hace tiempo, pero ahora se ha intensificado.

No hay consentimiento para una represalia

Yemen no ha consentido un ataque de fuerzas especiales para desembarcar comandos estadunidenses con la misión de capturar a sospechosos para interrogarlos, indicó un segundo funcionario estadunidense. Pero, dijo, la búsqueda de blancos apunta a que estén preparados con opciones para la Casa Blanca si el presidente (Barack) Obama ordena un ataque de represalia.

Ambos subrayaron que ninguna decisión ha sido adoptada sobre una acción militar de Estados Unidos en respuesta a la tentativa de atentado contra el avión de Northwest Airlines (propiedad de Delta), reivindicado por Al Qaeda en Yemen. El esfuerzo apunta a descubrir si los blancos pueden ser vinculados específicamente al incidente con el avión y a su planeación.

El nigeriano Umar Faruk Abdulmutallab es acusado de tentativa de ataque contra el avión estadunidense, con explosivos escondidos en su calzoncillo. Se sospecha que fue entrenado para su misión por un fabricante de explosivos de Al Qaeda en Yemen, donde recién estuvo, país de origen de la familia de Osama Bin Laden.

La víspera Yemen pidió ayuda a Occidente contra cientos de militantes de Al Qaeda que operan en ese país, y citó como problema particular la falta de helicópteros. El canciller yemení Abubakr Qirbi dijo que necesitaban más entrenamiento, ampliación de unidades antiterroristas, equipos militares y otros medios de transporte.

Reportes en Yemen señalaron que las fuerzas de seguridad se enfrentaron el miércoles con presuntos miembros de Al Qaeda cuando intentaban arrestarlos en la provincia de Hodeida. Además, Yemen afirma que han muerto más de 60 militantes islamitas, sospechosos de pertenecer a Al Qaeda, en enfrentamientos efectuados entre el 17 y 24 de diciembre en el centro del país y la región de Saná.

Washington, que ahora se refiere al país de la Península Arábiga como el tercer frente en su guerra contra el terrorismo, tiene un acuerdo clasificado de colaboración con Yemen que le permite actuar de manera encubierta y proporcionarle inteligencia y armas. Y aunque el acuerdo le permite disparar proyectiles crucero o volar aviones de combate y drones (naves sin piloto) sobre territorio yemenita, la Casa Blanca también quiere permiso para desplegar helicópteros y tropas en tierra, según las fuentes de CNN.

Estados Unidos está decidido a encontrar y solucionar los problemas de seguridad que condujeron la semana pasada al fallido intento de hacer estallar un avión civil, señaló la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano. Dijo que el presidente Obama ha ordenado revisar las medidas de vigilancia en los aeropuertos, y que su departamento ya trabaja al respecto.

Se informó que las medidas de seguridad han sido reforzadas para la clásica celebración de Año Nuevo en Nueva York, aunque sin afectar el tradicional lanzamiento de confeti en Times Square.

La Agencia Central de Inteligencia (CIA) se defendió de las acusaciones de que pasó por alto difundir entre las agencias de inteligencia un informe que tenía sobre el nigeriano, lo que hubiera podido evitar que abordara el avión con explosivos ocultos.

Paul Gimigliano, vocero de la CIA, reconoció que se recibió información en noviembre sobre Umar Faruk Abdulmutallab, cuyo padre se presentó en la embajada de Estados Unidos en Nigeria para brindar informes sobre las actividades del joven de 23 años. Se trabajó con la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y con la embajada para constatar datos acerca de si figuraba entre las personas vinculadas con actos terroristas.

No se encontraron elementos claves, dijo, que habrían permitido incluir a Abdulmutallab en la lista de unas 4 mil personas con prohibición de viajar a Estados Unidos. Pero reportes de prensa señalan que si bien hubo una reunión entre las distintas instancias de gobierno y agencias de seguridad, los informes no fueron analizados en Estados Unidos.

En tanto, en ese país se desató una ola de pedidos a firmas especializadas en seguridad aérea, en particular para los fabricantes de escáneres corporales como medida de control en los aeropuertos.

Holanda, que consideró que el fallido atentado tuvo preparación profesional y ejecución de aficionado, anunció que en enero utilizará los escáneres para vigilar a pasajeros con destino a Estados Unidos. También Alemania y Nigeria se mostraron partidarias de incorporar ese aparato para aumentar las medidas de seguridad.

Sin embargo, el transporte aéreo no puede soportar a largo plazo el registro generalizado de los pasajeros en los aeropuertos, estimó en Ginebra la Asociación Internacional de Transporte Aéreo. Pidió a Estados Unidos que colabore en el tema para subsanar los vacíos de seguridad, mejorando las tecnologías y técnicas de evaluación sobre riesgos reales.