De cocteles navideños, mezclas y libros
no de los primeros cocteles a los que asistimos durante estas maratónicas fiestas de fin de año fue el convocado por la generosa fotógrafa Nora Pareyón (saludos a su fiel asistente Juan Carlos Ruiz), quien ha convertido su estudio en un concurrido espacio, donde lo mismo se han organizado cenas para el poeta Sergio Hernández, que para el escritor Lorenzo León, la pianista Olivia Revueltas o para celebrar el aniversario del exitoso mezcal Pierde Almas.
El eslogan de dicho mezcal se ha convertido en referente inevitable de toda reunión etílica: Otra vez esta maldita felicidad
. Escritores como Raymond Chandler, Joseph Roth, Edgar Allan Poe, Ernest Theodor Amadeus Hoffmann, Francis Scott Fitzgerald o Hunter S. Thompson han acudido al vino para abrir una puerta más a sus sentidos y llegar a ese extremo en el que perder el alma es ganarla. Y cuántos buenos hombres sin celebridad alguna encuentran en el beber la mitigación a su vida prosaica y sombría, hombres que, como yo, exclaman después de unos buenos tragos: ¡Otra vez esta maldita felicidad!”
Bizarro y El Under, lo mejor del underground
El underground navideño tuvo sus mejores fiestas en los bares Bizarro y El Under. No hay duda de que el bar punketo más alivianado y libertario es El Under, espacio en el que punketos, darketos y todo tipo de fauna oscura pueden convivir y danzar hasta la madrugada.
Nuevos libros de Morcillo y Campbell
En días recientes aparecieron los libros de dos amigos cercanos: Alfonso Morcillo, quien confirma sus dotes narrativas al publicar su primer selección de relatos, Edificio A, Departamento 69, que según su prologuista Guillermo Vega Zaragoza, muestra a un discípulo avanzadísimo
de Ernest Hemingway, Raymond Carver, John Fante y Charles Bukowski... Por su parte, Federico Campbell Peña es fiel a su vocación pacifista y antimperialista con su libro La carroza negra de Bush, en el que hace una documentada denuncia de la manera en que decenas de mexicanos fueron reclutados en el Ejército estadunidense y llevados a la guerra contra Irak.
Breve recuento de novedades
Seguir sin ti (Océano), de Silvia y Jorge Bucay, relato sobre la separación y la búsqueda del amor auténtico, best seller para los abandonados por el amor; María Grever, reflexiones sobre su obra, de Nayeli Nesme, editado por la Universidad de Guadalajara –valió la pena que esta guapa cantautora esperara algún tiempo para ver publicado este trabajo de investigación, pues quedó muy bien, con pastas duras y buena impresión–; Más allá de la sospecha, un panorama de la narrativa francesa contemporánea (Editorial Almadía en coedición con la Universidad Nacional Autónoma de México), prólogo y compilación del incansable promotor francófono Philippe Ollé-Laprune; Las maras, identidades juveniles al límite, de los muy respetados y a la vez iconoclastas investigadores José Manuel Valenzuela, Alfredo Nateras y Rossana Reguillo, editado por el Colegio de la Frontera Norte, cuyo prólogo, desde luego, es de Carlos Monsiváis; El tamaño del ridículo, notas sobre periodismo cultural y política, 2006-2009, de Rogelio Villarreal, de Ediciones Arlequín, y Los demonios de Fernando, 60 años de vida, 1949-2009, pequeño catálogo de la colección de arte popular en torno a la iconografía de los diablitos, con el que celebró su cumpleaños el promotor cultural Fernando Betancourt.
Felicidades a las revistas Atemporia, de Alejandra Peart, y Número Cero, de Guadalupe Nettel y Pablo Raphael.
