Además de las llamadas armas no letales o de electrochoque, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) pretende dotar a sus elementos de grupos especiales, a partir de 2010, con rifles conocidos como cornershot, los cuales incluyen una cámara con zoom que permite ver el objetivo en un monitor, situándose detrás de una pared o una ventana.

El titular de la dependencia, Miguel Ángel Mancera, señaló que ambos artefactos forman parte del proyecto de modernización del equipamiento de la policía de investigación que permita, por un lado, evitar el uso de armas de fuego al momento de llevar a cabo una detención, y por el otro, dar mayor seguridad a los agentes que participan en operativos como, por ejemplo, el rescate de una persona secuestrada.

Agregó que el uso de estos aditamentos se consultará con organismos como la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), la Secretaría de Salud local y organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional, que ha cuestionado el uso de las armas de electrochoque, las cuales, asegura, pueden ser utilizadas como instrumento de tortura, además de que su uso inadecuado puede provocar la muerte, según estudios realizados en Canadá, citados por dicha agrupación.

Estos artefactos, conocidos como Taser (nombre de la empresa que las fabrica), serían utilizadas para la captura de presuntos delincuentes que se opongan de manera violenta a su detención, para lo cual se capacitará al personal en su uso, incluso accionándolas contra los mismos policías.

Además, explicó Mancera Espinosa, las armas de electrochoque tienen una serie de candados que permiten saber qué día, cuánto tiempo y quién la uso, ya que contienen un chip que realiza una especie de bitácora.

En el caso de los elementos del Grupo Especial de Reacción e Intervención (GERI), se tiene proyectado dotarlos de cornershots, artefactos que les permitirán realizar de manera segura el ingreso a algún inmueble, ya que través de una cámara se puede observar lo que pasa en una vuelta de esquina, sin necesidad de asomarse.

En los dos casos, precisó el procurador, se trata de aditamentos que ya son utilizados en otros países e incluso su adquisición tendría que ser a través de la Secretaría de la Defensa Nacional

Estas armas pueden operar hasta en una distancia de ocho metros y generan una descarga de 400 voltios que inmoviliza al sujeto que la recibe sin dejar marcas en el cuerpo, y pueden tener un costo hasta de 17 mil pesos, según sus características.