Tashkent. Uzbekistán votó una elección parlamentaria que no logró atraer la atención de los ciudadanos, en un país clave para los intentos de Estados Unidos y sus aliados europeos por controlar la insurgencia talibán en el vecino Afganistán. Alguna vez críticas de los abusos a los derechos humanos y la intolerancia a la oposición en Uzbekistán, las potencias occidentales han guardado silencio antes de la votación, mientras buscan que el país se involucre más en los esfuerzos de Estados Unidos en Afganistán. Uzbekistán, ex república soviética y el país más poblado del centro de Asia, nunca ha realizado una votación que haya sido considerada libre y justa por occidentales. Observadores políticos anticiparon que la elección –cuyos resultados se conocerán en la semana– dará a los aliados del presidente Islam Karimov, quien lleva dos décadas en el poder, todos los escaños de la Cámara baja del Parlamento. El país no cuenta con partidos de oposición y la mayoría de los activistas en favor de la democracia están encarcelados o exiliados.