Ante el desastroso 2009 que vivimos como nación, en México se hace urgente un cambio en el modelo económico por lo que retos para el sector campesino e indígena en 2010 son transformar las políticas públicas clientelares por unas de desarrollo y fomento que permitan contener la creciente pobreza y marginación en el sector, así como lograr la autosuficiencia alimentaria del país, se pronunciaron agrupaciones campesinas.

Para la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) de cara a los festejos del bicentenario de la Independencia y centenario de la Revolución en el país se requiere un viraje en la política y cambio de modelo económico, debido a que éste se ha agotado al grado que actualmente opera con total ineficacia.

Si este modelo no se cambia corremos la suerte de que se repita el círculo trágico de revoluciones de cada 100 años. Este país no está lejano que pueda suceder de nuevo, consideró Álvaro López Ríos, dirigente de la agrupación.

Manifestó en entrevista que ante la incompetencia del gobierno de Felipe Calderón, que no ha sabido atender la más grave arista de marginación y pobreza que existe en el campo y zonas indígenas, los festejos del próximo año deben ser motivo de una conducta combativa y movilizada del movimiento campesino, para lograr un cambio de fondo ante la creciente pobreza en el país.

Por su parte, la Confederación Nacional Campesina (CNC) manifestó que a pesar de que se vislumbra un panorama económico preocupante para 2010, hay muchas posibilidades de que México pueda reducir su dependencia alimentaria.

Como agrupación vamos a hacer esfuerzos para que el gobierno renueve el Acuerdo Nacional para el Campo, porque fue un instrumento valioso y permitió que existiera el Programa Especial Concurrente y que se contemplara la creación de empleos en las zonas expulsoras de mano de obra, aunque esto último continúa sin cumplirse, destacó.

En sus demandas insistirán en la revisión del capítulo para el campo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y su oposición a que se concrete uno con Brasil, porque se pondría en riesgo la ganadería mexicana, debido a que al permitir la importación de ejemplares sudamericanos puede entrar la fiebre aftosa.

Reparó que el año entrante será favorable para el sector rural siempre y cuando se aplique correctamente el presupuesto de 268 mil millones de pesos aprobados por el Congreso para el campo, donde no deben repetirse subejercicios e incumplimiento de los programas ni reglas de operación burocráticas.