sí se titula un discreto, aunque decoroso y bien editado, volumen que recién vio la luz en publicación del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en la colección Teoría y Práctica del Arte. Consiste en un trabajo colectivo realizado desde la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, que coordiné al reunir trabajos realizados ex profeso todos este año, en parte como secuela de un seminario sobre teoría del arte. El resultado, me dicen, es alentador, fácilmente legible y, sobre todo, muy fresco. No se espera que se convierta en obra de consulta, pero sí en un aditamento más a la vasta bibliografía que existe sobre el artista. Entre otros trabajos, contiene cinco entrevistas realizadas a otros tantos colegas suyos; ellos son Vicente Rojo, Tomás Parra, Arnaldo Coen, Francisco Castro Leñero (único que no pertenece a la generación de ruptura, cuya denominación queda ampliamente cuestionada en el libro) y Francisco Icaza. Probablemente, la realizada a este último es la que cuenta con mayor número de secuencias recabadas a través de información de primera mano, bien calibradas por el entrevistado, quien acudió, además de a su memoria, a su archivo. Otra entrevista que se añade es la realizada al museógrafo Jorge Guadarrama, quien hace referencia no sólo al imprescindible Fernando Gamboa, sino igualmente a la genealogía de los Guadarrama, a partir de Hemeterio, padre del entrevistado, quien colaboró con Julio Castellanos en la vocacional número 2 antes de toparse con Gamboa en Bellas Artes. Jorge entresaca la siguiente afirmación que don Fernando solía repetir a sus asistentes: Estamos  (los museógrafos) al servicio del arte y de los artistas.

Entre los entrevistados se contaba también el doctor Sergio Fernández, pero la entrevista a final de cuentas tomó un rumbo distinto al previsto, pues el reconocido escritor y académico, cervantista consumado entre otras cosas, prefirió escribir personalmente su propia entrada, que lleva el título Manuel Felguérez. Poeta a mano armada. Resalta principalmente su vena escultórica, pues al parecer es la que conoce mejor.

En cambio, su colega en la Facultad de Filosofía y Letras, José Luis Ibáñez, sí aceptó ser entrevistado; el producto es un documento en verdad entrañable, aunque muy poco habla de Felguérez, cosa que con buen juicio no sólo no objetó su entrevistadora, sino que armó su trabajo dejándolo monologar y luego estableciendo rubros a partir del material recabado.

Se reunieron 13 entradas, excepto una, que parte de un texto anterior modificado por el autor que versa sobre el mural del Cine Diana; todos fueron realizados en 2009.

Manuel Felguérez en un principio depositó pocas esperanzas en este afán colectivo, cuyo propósito fundamental  consistió, por mi parte, en publicar voces nuevas en cuanto a la temática abordada. No obstante hizo gala de generosidad y en la medida de sus posibilidades colaboró con quienes así se lo solicitaron, propiciando entrevistas al menos en tres ocasiones. En una de éstas la referencia principal fue Alejandro Jodorowsky, otra  se ocupa de dar a conocer una obra felguereziana poco comentada, el mural de la Confederación de Cámaras Industriales, y la tercera consistió principalmente en una revisión del material recabado sobre la escultura Puerta al tiempo, que se encuentra en el edificio de rectoría de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Salvo el texto del doctor Sergio Fernández, la introducción que explica el proceso del trabajo y el colofón, ambos a mi cargo, los autores responsables son Enrique Franco, Marco Antonio Silva Barón, Lucía Puente, Angel Suárez, Yani Herreman, Mario Raúl García, Clara Scheib, Maude Olea, María Trinidad Monroy, Antonio Espinoza, Linda Atach y Dora Mariela Marín. La mayoría de los trabajos fueron sometidos a discusión en grupo, como ocurre en cualquier seminario de esta índole, y eso es lo que me he propuesto dar a entender en esta nota que intenta poner en relieve a los estudiantes de posgrado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, todos en igualdad de circunstancias,  aunque entre ellos se encuentran personas muy probadas, como la arquitecta Herreman, quien fue fundadora y presidenta del Consejo Internacional de Museos para América Latina y el Caribe, o como el actual titular del Centro Cultural Santo Domingo en Oaxaca, Enrique Franco.

A ellos añado la ayuda que me prestó Yeni Briones, mi asistente en el Sistema Nacional de Investigadores, tanto en la revisión de los textos (únicamente cuestiones básicas de estilo, puntuación, sintáxis, entre otros, cuando así se requirió)  como en su ordenamiento para la publicación.