Calderón da el banderazo de salida a una mayor inflación
Política de precios según la Cepal
eplorable la decisión unilateral del gobierno calderonista de incrementar el precio de los combustibles (le agarró cariño a los sabadazos), pues da el banderazo de salida para que en 2010 se registre una inflación mucho más gruesa que la oficialmente reportada en este agitado año que concluye, y, por lo mismo, promueve el deterioro aún más pronunciado al de por sí agujereado bolsillo de los mexicanos. Si los productores y expendedores de varios artículos de primera necesidad no requirieron pretexto para reetiquetar a discreción este diciembre de supuesta liquidez
(por aquello de los aguinaldos, aunque muchos trabajadores ni de lejos lo vieron pasar), ahora con el nuevo gasolinazo el inquilino de Los Pinos les ha dado luz verde para redoblar esfuerzos y, desde luego, precios.
México es uno de los países latinoamericanos con mayores precios en combustibles, con cargo a los consumidores. Por la Cepal nos enteramos que las naciones que reportan los precios más bajos de venta al público, tanto de gasolina como de diesel, son Venezuela, Ecuador y Bolivia. Esto se debe a las políticas de regulación de los gobiernos, que determinan (aunque de diferentes maneras) el precio de venta de las refinerías y el minorista. A esto se agrega una baja política impositiva. Destaca el caso de Venezuela, con precios fijos de 5 centavos de dólar por litro desde 2003 (entre 65 y 70 centavos de peso mexicano). En Venezuela no hay IVA a los combustibles derivados de los hidrocarburos, mientras en Ecuador no existen impuestos específicos a los combustibles. El único impuesto que se cobra es el IVA, cuya tasa es de 12 por ciento.
En México el litro de Magna tiene un precio casi doce veces superior al de Venezuela.
Y como el único consuelo que queda es entender de qué se trata el más reciente gasolinazo –en espera de los que vienen–, la propia Cepal nos regala un paseo por el tema: la política de precios de los combustibles en México se basa en garantizar un precio real constante, porque en el pasado el aumento del precio de los combustibles generaba efectos inflacionarios no justificables (parece que ahora son justificables). El mecanismo de fijación de precios establece el incremento total que deberá presentarse en el año, basándose en las metas de inflación previstas al inicio del año. Este aumento se divide para aplicarlo de manera similar mes a mes
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Desde enero de 2008 el gobierno puso en marcha las cuotas progresivas
(el nuevo impuesto, o gasolinazo) a los combustibles para igualar los precios internos con los vigentes en Estados Unidos. La política de aumento de cuotas
se mantuvo durante ese año, a pesar de la caída del precio del petróleo en el segundo semestre de 2008. En México la moneda nacional se devaluó 30 por ciento en el segundo semestre de 2008.
En el periodo 2005-2008, el alza de los precios de las gasolinas y el diesel en México presentó dos etapas: hasta diciembre de 2007 los incrementos fueron producto de los ajustes a la inflación. El aumento para la gasolina Magna fue de 8.01 por ciento, de 13.97 por ciento para la Premium y de 11.26 por ciento para el diesel. A partir de enero de 2008 entraron en vigor las cuotas
a las ventas finales de gasolinas y diesel: 2 centavos a cada litro de Magna, 2.44 centavos al de Premium UBA y 1.66 centavos al de diesel, y aumentos mensuales; además, incremento a los precios internos para igualarlos con los externos, lo que se acentuó a partir de junio de 2008. Por tanto, las alzas en 2008 fueron de 8.39 por ciento a la Magna, 9.12 a la Premium y 19.83 al diesel.
Sin embargo, desde noviembre de 2008 los precios de los combustibles en el mercado interno mexicano superaron los de Estados Unidos, toda vez que en el país del norte los precios de gasolinas y diesel descendieron de agosto a diciembre de 2008, coincidiendo con la caída de los precios internacionales del petróleo. En contrapartida, en México el precio de estos petrolíferos continuó incrementándose. Con el descenso del precio de las gasolinas y el diesel en Estados Unidos, los precios en México (desde noviembre) continuaron encareciéndose. Eso implicó que el subsidio en favor de los consumidores nacionales desapareciera. En el segundo semestre de 2008, si bien los precios de venta de la gasolina y el diesel en México siguieron aumentando en moneda nacional, descendieron en dólares, pero sólo como consecuencia de la devaluación del peso, que pasó de 10.2 a 13.41 unidades por billete verde de julio a diciembre de 2008.
En México existe una contribución específica llamada Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), cuya tasa es variable. Este gravamen se calcula con los siguientes elementos: precios de las gasolinas y diesel en el mercado spot de Houston y costos de manejo. La suma de los anteriores elementos constituye la base gravable a la cual se aplica el IEPS, debido a que los precios de las gasolinas y el diesel en el mercado spot de Houston varían prácticamente todos los días, mientras en México son fijos (o con ajustes predeterminados). En otras palabras, el IEPS es la diferencia entre el precio al público, antes del IVA y la comisión al distribuidor, y el precio del productor, es decir, cuando el precio del petróleo sube la tasa del IEPS disminuye, y viceversa. Además, 15 por ciento del IVA (16 por ciento a partir del primero de enero, si es que Calderón no se adelanta) que se aplica sobre la suma del precio en refinería, IEPS y el margen comercial. Por si fuera poco, a partir de enero de 2008 se carga el impuesto especial
(léase gasolinazo) propuesto por Calderón y aprobado por el Congreso.
Según la versión oficial, la SHCP fija el precio de las gasolinas y el diesel considerando tres factores: inflación esperada; cuotas a la venta final de gasolinas y diesel; aumentos por los precios internos respecto de los externos (en Estados Unidos), aunque en los hechos son impuestos y más impuestos disfrazados de ajustes
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Las rebanadas del pastel
Esa es la explicación técnica para los aumentos en los precios de los combustibles, pero lo cierto es que en el arranque de cada uno de los tres años que Calderón lleva instalado en Los Pinos se ha registrado escalada de precios en productos básicos. Y con el más reciente sabadazo gasolinero va por el cuarto al hilo.