Junto a los restos había dinero y juguetes
Martes 22 de diciembre de 2009, p. 27
Zacatecas, Zac., 21 de diciembre. Cuando realizaban obras de remodelación coordinadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), albañiles, ingenieros y antropólogos descubrieron 37 momias de niños y adultos enterradas en catacumbas y en el subsuelo del templo de Santo Domingo, erigido en esta capital en el siglo XVII.
Los restos más antiguos del que se considera el hallazgo más importante de su tipo en Zacatecas
corresponden a un fraile con indumentaria jesuita sepultado en 1689, según la inscripción del féretro, y los más recientes datan de 1890.
Durante los trabajos de cimentación, bajo el púlpito y al fondo de una escalinata, se descubrió la cripta del corregidor Diego Joseph Medrano, inhumado el 10 de marzo de 1798. Otro sepulcro que llamó la atención es el de un niño de entre seis y nueve años vestido con ropas de obispo y con un ramo de flores entre las manos.
En abril comenzaron los trabajos de remozamiento del templo, construido por la Compañía de Jesús y ocupado tras su expulsión (en 1767) por los dominicos. El programa incluía la sustitución del piso de madera y la limpieza de dos retablos, pero semanas después, cuando se detectaron daños graves en muros y pilares, se replantearó el proyecto.
Durante las excavaciones aparecieron los primeros ataúdes y mortajas al pie de cada una de las ocho columnas principales de la nave central, unos a 60 centímetros de profundidad y otros hasta a cuatro metros. El trabajo de ingeniería se suspendió, y el personal del INAH, la diócesis de Zacatecas y las secretarías de Obras Públicas y Turismo del estado dieron prioridad al hallazgo.
Se convocó al personal de la Unidad de Antropología de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) y seis especialistas comenzaron a trabajar. Junto con la mayoría de las momias se hallaron rosarios, monedas de oro y plata, ropa y juguetes de madera.