Sepideh Farsi registra el ambiente en las calles de la capital iraní
Martes 22 de diciembre de 2009, p. a10
Dubai, 21 de diciembre. Cuando Sepideh Farsi se encontró con restricciones del gobierno para hacer una película en Teherán durante el periodo electoral este año, decidió recurrir a su teléfono móvil.
Con sólo un teléfono Nokia N95 con cámara recorrió las calles de la ciudad y grabó conversaciones con taxistas, mujeres en salones de belleza, actores, magos e inquietos jóvenes en cafés.
El resultado es Teheran Bedoune Mojavez (Teherán sin permiso), apasionante documental sobre la vida en la multitudinaria y contamianda capital de Irán, país sometido a sanciones internacionales por sus ambiciones nucleares, y que ahora experimenta el peor malestar social desde la Revolución Islámica de 1979.
Facilidad de uso y discreción
La facilidad de uso y la discreción que ofrece el teléfono móvil permitieron que las personas se sintieran más cómodas pa
El teléfono es tan banal que la gente habla más y siente una mayor intimidad
, dijo.
Una cámara es siempre intimidante. Te ponen un micrófono y una luz, siempre hay una distancia entre el que filma y el que es filmado, pero aquí está reducida al mínimo
, agregó.
Después de todo, el teléfono móvil es la tecnología de la época.
Ante el control que ejerce el gobierno sobre los medios, cuando los seguidores de los candidatos opositores salieron a las calles a protestar por la relección de Mahmud Ahmadinejad, los iraníes sacaron fotos con sus teléfonos para subir las imágenes a sitios como Twitter y YouTube.
En el documental, Farsi, quien se fue de Irán en 1980 y ahora vive en Francia, escucha historias sobre la sociedad iraní, que dice explican mucho acerca de las protestas. Alrededor de dos tercios de la población del país, que supera los 70 millones de habitantes, se cree que tiene menos de 30 años.
Los jóvenes que hablan a la cámara se quejan de la propagación de las drogas, el alcohol y la prostitución en la sociedad, pese al estricto código moral impuesto por el sistema de gobierno clerical.
Uno de ellos, filmado en un lugar oscuro para preservar su anonimato, dice que quienes están en el poder prefieren esta situación y que la sociedad se ha tornado muy materialista.
Farsi dice que quiso mostrar diferentes aspectos de la ciudad que están por desaparecer, como el teatro. No pretendo que sea exhaustivo, ¿quién puede mostrar todo en una sola película? Intento transmitir una sensación de la ciudad
.
Masacre en Líbano al celuloide
Otro de los documentales proyectados en el festigal de Dubai es ¿Chou Sar?, del cineasta libanés De Gaulle Eid.
Por medio de este trabajo, el realizador se enfrenta al asesino de su madre en una tranquila calle de una aldea del norte de Líbano. Es entonces, cuando logra resolver el trauma que lo persiguió durante casi tres décadas.
No te acuerdas de mí, pero yo te recuerdo. ¿Cómo no recordar a alguien que asesinó a su madre. ¡Mataste a mi madre!
, dice el director al final del documental.
La película es la culminación de un viaje desde la casa actual de Eid, en la isla francesa de Córcega, al pueblo libanés en el que 14 miembros de su familia fueron asesinados.
El filme tuvo efectos dramáticos en el público. El cineasta dijo que su idea era adentrarse en las heridas de la brutal guerra civil de 1975-1990 en Líbano, las que a su juicio siguen abiertas debido a una amnistía posterior.
Podría haber sido en Sarajevo o en cualquier otro lugar. Para mí no es una película sobre la guerra civil libanesa, sino sobre lo que no hizo el gobierno para abrir los expedientes
, agregó.
Algunas personas dijeron que la ausencia de voces desde el otro lado reducía la película a una forma de venganza.
Traté de vengarme, pero de forma espiritual, que es más fuerte que algo físico
, afirmó el realizador.